Cabo Testa. En el faro. Una pequeña península rocosa con el mar en todas direcciones. Bajo un techo hecho para protegerme de la lluvia. Ya se fue la luz y con ella el contorno de Córcega. Varias calas de aguas verdes y transparentes. El grito de las gaviotas y el sonido del viento. Al llegar, una familia de cabras se dio a la fuga. El sol daba el efecto dios hacia el oeste y después una lluvia oscura. El efecto dios es una luz brillante que atraviesa las nubes y hace brillar el mar. Salimos con sol, tuvimos lluvias pasajeras y nubes que pasaban y pasaban como batallones. Un camino siempre agradable entre serranía, paredes de rocas rojas y el mar. Por momentos imponente. Me adelanté y Mark no aparecía. Apareció después magullado culpa de un golpe. Iba en cueros y se veían los raspones en todo un brazo y parte de la espalda. Un buen pibe. De la edad de Marcos y Tomás. En eso ando. Llegó una camioneta con personal que encendió el faro que ahora da luz desde el peñón. Se escucha ahora solo las gotas sobre el tejado del refugio. Leo una novela de acción. Jack Reacher. Está bien escrita, con método. Como un equipo de Bielsa cuando juega bien. Ayer en mi día de lluvia leí Missuola de Jon Krakauer. Está es mi primera novela de acción debo decir. Desde Julio Verne.
Me dormí leyendo. Llovió toda la noche. Soñé con la tía Alí, el tio Pancho y Nacho. Estaba en un lugar esperando como este. Nacho me contaba que había corrido la misión de 200 km y llegado primero en 27 horas. Yo hacía las cuentas mentales del tiempo y lo ponía en duda. El tío Pancho estaba sentado allí sonriente. Por un momento pensaba que estaba muerto pero borraba la idea. Le decía simplemente: «No pensaba que fueras a venir». Después buscaba mis cosas y trataba de tomar un café. Le echaba limón y en una extraña reacción el limón succionaba todo el café. Le decía a la tía que me indicara cómo podía hacer para recuperar el café que se levó el limón.
Vi un extraño pájaro en la oscuridad volando sobre la rompiente. Lo más parecido a un fantasma que he visto en mi vida. Antes, mientras en la playa buscaba un lugar para la carpa un animal muy pequeño cruzó de un arbusto a otro. De tan rápido no pude verlo. Nunca vi algo tan veloz. De ser un ratón lo hubiera visto. No sé qué podría ser.
Mark es de Texas. En verdad después me dijo que era de New York State. Desde donde se mudaron con su padre y sus siete hermanos. El padre es médico y hace un par de años se escapó con su secretaria. Mark dijo que fue para mejor. Se mudaron desde New York a Texas porque su familia son todos una manga de pelotudos. Me lo dijo en inglés. Después me contó que tiene un tío en Idaho que viene a Texas todos los años con una camioneta vieja en la que trae una máquina de cortar pasto y se dedica a arreglarles el jardín. Una especie de historia sencilla a lo Lynch.
Reponiéndome del frío. La lluvia hoy me hizo trabajar extra. La última bajada, ya tarde, fue la peor. Se fue el sol y la temperatura se desplomó, encima una llovizna inesperada. Había huido de una gran nube negra que descargaba del otro lado del valle. Ma apuré para evitarla. Venía nítida como una gran nave espacial. Antes anduve un buen rato con lluvia y sol. Verdadera lluvia. Primero la vi del otro lado. Después la tuve encima. Hay ráfagas de viento intensas. Puedo ver las estrellas peró. Fue una gran subida hasta 1010 metros por un camino de cornisa. Cuando crucé del otro lado otro valle y allá al fondo el mar. Una sensación de alta montaña. Y frío y calor y sol y lluvia el día entero.
Ví la tramontana desde el ferry. Uno regresa a los lugares donde fue feliz. A veces a espiar. A encontrar que ya no se está más allí. Durante estos años muchas veces me he preguntado. ¿Por qué no me quedé en la isla a vivir rodeado del mar? Como protagonista de Lost en mi propia aventura. Con la bruma y a esa hora las montañas se ponen azules. Me quedé en la cubierta hasta que las montañas y toda la isla desaparecieron. Escuchaba una música que ahora olvidé. Se hizo de noche y unas horas después aparecieron las luces de Barcelona que es como otra ciudad llegando desde el mar.