Generationals – Alix

Empezó con una canción que no sé como me llegó. Las canciones llegan desde lugares cada vez más diferentes. Y a la vez son cada vez menos los lugares 100% confiables. Ya no hay nada infalible. Ni gurúes, ni generadores de opinión para seguir a ciegas.

Me gustaría recordar de donde saqué “Black Lemon” de Generationals, porque primero fue esa canción, que después de una escucha ya tuvo su lugar entre el playlist de las 100 canciones de 2014 que vengo armando desde enero (cada cual con su TOC). La puse luego de un bloque de canciones tristes, cómo para que sirviera para abrir la persiana, dejar que entrara un poco el sol y ventilar.

La sospecha de que Generationals se trataba de otro one hit wonder del indie se fue rápido. En esta casa por lo menos es un two hits wonder. El otro día estaba escuchando en la radio uno de esos pocos programas de acá que pasan música que no pasan otros. Sonó una canción irresistible, una que me sonaba a otras canciones irresistibles e inmediatamente la quise en mis playlists. El Shazam tardó tanto en abrirse que los conductores empezaron a hablar encima del tema, estuvieron un rato largo comentando pavadas y nunca decían el nombre, algo me distrajo y al final solo llegué a escuchar que se llamaba 10 20 10 o algo así. Fui a Spotify y al segundo intento apareció. Era Ten-Twenty-Ten de Generationals, un temazo que está en este mundo desde 2010 y tiene todo eso que me hace subir el volumen, es algo triste, el que canta no la está pasando del todo bien («You remind me of a distant constellation»), pero se puede bailar como bailamos tantas de New Order y The Cure.

Se me ocurrió ver como sería el disco completo de estos pibes. El de ahora, el que tiene “Black Lemon”. Total una oída no se le niega a nadie y de última el botón para pasar al siguiente tema está a un click de distancia. Enseguida aprendí que Generationals es un dúo de New Orleans y que después de tres discos buscaron aires nuevos en Oregon junto a Richard Swift (solista, tecladista de The Shins, bajista de The Black Keys en su última gira) de productor. En «Alix» hay más que nada sonrisas primaverales. Es un disco para escuchar en patas, con las neuronas en remojo, como MGMT o Phoenix. Bien hecho, con nada fuera de lugar, no te van a desafiar a nada. Indie easy listening para ponerse contento con poco.


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