El avión de Mayra acaba de despegar rumbo a Lima y luego a Buenos Aires. Yo espero el mío de vuelta a Arequipa. De madrugada bajamos hasta la avenida con la maleta de Mayra por el medio de la calle haciendo un ruido de película de suspenso. En el silencio de la madrugada las rueditas sobre el asfalto daban El resplandor. Los perros cimarrones que inundan la ciudad levantaban la cabeza acurrucados en la vereda. El taxista como era de esperar no cumplió. Soñé con una pileta llena de animales extraños y amenazantes como serpientes marinas. Tenía que tirarme o buscar la forma de evitarla. Antes Fede y Genaro bajaban por un callejón y yo los miraba desde lejos. Esa imagen se transformaba después en una fotografía en movimiento que yo podía tocar con mis dedos y en verdad los tocaba a ellos. Le daba a Genaro un pequeño empujón. Anoche fuimos a cenar al restaurante italiano más caro de la ciudad. Estuvo muy bien claro. No se porque lo hicimos. Alex hizo confesiones fuertes acerca de sus ganas de ser madre y de su historia como hija de un fabulador. Tal cual Mayra había dicho. Terminé el largo libro de Murakami y continué con los cuentos de Denis Johnson. ¿qué lleva a un hombre a contar todo? La historia de Murakami no es solo buena sino que trastoca las cosas pero se sienta a escribir y no para. Dejó de correr y no hace otra cosa que escribir el hombre. Hace un tiempo leí un reportaje a Foster Wallace, quien ya se había suicidado hace tiempo donde decía que el mejor escritor norteamericano vivo era Denis Johnson. Jamás había escuchado de él. Apenas pude, en Iquitos, también en Perú como ahora, con un calor que noqueaba comencé a leer Already Dead, A California Gotic. A decir verdad no podría reconstruir la trama ni los personajes, si la emoción y excitación de la lectura. Esa alegría como cuando se descubre una nueva banda. Imágenes que me recordaban a la primera temporada increíble también de True Blood. Después le siguieron para mí Jesus’Son (historias de la América profunda que iría muy bien con Lambchop por ejemplo), Tren de Humo; The Laughing Monsters, Sueño de Trenes (que me prestó Cesar). Uno mejor que otro. Ahora, Johnson, como el titulo del primer libro que leí, ya está muerto. Ya hay otro muerto que nos separa del muerto Wallace. Me sentí triste cuando me enteré y esa es la medida de lo que lo quiero. Cuando estaba en Uruguay falleció la tía. Recibí la noticia en la playa muy temprano.

Fuimos hasta el faro. El mar muy bravo, un oleaje dramático. Nestor, en alguna de las charlas de estos días me ayudó a ver a Mayra y su prisión de otra manera. Old Mayra digo. Mario, en Mallorca y el matrimonio como una prueba. Pagar y aprender, el nuevo lema de Nestor. Nestor, el tigre como le decían cuando era jugador de futbol, más tranquilo, con menos manchas como dice él. Más suelto que otras veces lo vuelvo a escuchar. Me dormí con dificultad con imágenes de The Affaire y Cheever en la cabeza. En la madrugada me desperté entre sueños con la voz de Nestor hablando con Ángel por Skype. Era como un susurro, raro en él. Cuando comenzaba a enojarme por haberme despertado empezó a hablar bien de mí, de nuestra amistad y nuestro encuentro. Nestor no hablaba, escuchaba por largos ratos, raro en él, lo que hizo que me volviera a dormir y despertar varias veces. Hablaban de la transmutación, de los mensajes de la abuelita ayahuasca, de vidas pasadas. Angelito está en Miami y trabaja en una fábrica en el turno noche. En las madrugadas tienen están conversaciones del Norte al Sur del continente en la oscuridad. El reflejo pálido de la luz del monitor. La risa de Nestor que a veces lo llama caballo. Primero me confundí, pensaba que era el caballo, su amigo, el que vive en Rocha. Es un apodo cariñoso hacia Ángel. El caballo, el verdadero, es ese otro amigo que al hablar pareciera que relincha. Se amigan y pelean por épocas. Son personalidades fuertes el caballo y el tigre. Tiene una forrajería en el pueblo. El hijo es medio cagador. El año que pasó le agarró una depresión y terminó en un hospital dejándose morir. Nestor fue a verlo y al llegar los médicos le habían dicho que había dejado de respirar. Nestor, conociendo al caballo y la situación, me dijo, se quedó tranquilo porque sabía que no era su hora y arriba no lo iban a aceptar. Así fue que al rato los médicos lo pasaron a otra sala y en el tiempo que siguió se recuperó de a poco. Se lo trajo al rancho en el que duró unos días hasta que se fue enojado.

Desperté temprano y destemplado. La mañana azul y fresca. Me fui corriendo hasta el faro otra vez; al regresar corrí el último kilómetro en la arena. El mar se había retirado y dejó una playa amplia de arena dura perfecta para trotar. Varios mañaneros pescando. Al volver Nestor estaba raro, amagó incluso que hoy no iba a cocinar.

La casa está en silencio y me cuesta dormirme. Fue la segunda película: La favorita. Antes The Depredador (dos versiones de la misma historia). Escribí esto en el diario pero ahora no se por qué. Suena bien. Así se hace crítica cinematográfica en general. Nestor y Mayra, personas que jamás se quejan. Yo sigo haciéndolo aunque creo lo contrario. Me quejo siempre de los otros, de sus defectos. Me dijo hoy Nestor: las fallas de los otros son tu problema, no de ellos. Mayra está en Montevideo esperando el bus.

Mientras tomábamos mate apareció el coco. El hermano de Nestor que no conocía. El que vive en Argentina, en Merlo como Gallardo. Como todos los Morelli empezó a contar historias increíbles: Irse de garufa es la libertad de expresión total dijo. Irse de joda como una forma de arte y expresión. El tango es la verdad absoluta dijo después y empezó a cantar.

Soñé con B. Fleischmann, unas sillas de camping Marmot, Cesar, un hotel con restaurant en una ciudad desconocida, un partido de fútbol. La última noche vimos a River y tomamos whisky. En verdad yo tomaba y Nestor me llenaba el vaso. Al acostarme se escuchaba una comparsa lejana. Ayer fuimos a ver el desfile y después tomamos una cerveza en una mesa junto a la vereda. Mayra contenta y hermosa. Sabe ser sexy. Por la mañana amaneció muy ventoso, otra vez soplaba el pampero. Corrí por la playa y más allá del faro hasta el puerto. Terminé muy fatigado. Mayra vio un lobito marino lastimado en las rocas. Vuelvo y todo va a ser diferente. Pretendimos este último tiempo que la tía no estaba tan enferma. El viernes el día estuvo muy sereno. El mar parecía una pileta pero en verdad la rompiente era mucho más potente de lo que parecía. Nadé hasta la línea de los surfistas. El agua muy transparente, la gran ola potente y prepotente. El miércoles le contaba a Nestor por enésima vez de cómo la tía Ali me regaló El tercer ojo cuando yo tenía 7 años (en verdad tenía 8) y cómo en el colegio llamaron a mis padres por ser lectura impropia. La mañana siguiente desperté temprano, unos minutos antes de las seis para ir a buscar a Mayra a la terminal de La Paloma. A esa exacta hora (minutos más o menos) la tía dejaba de respirar. Me entró el mensaje cuando íbamos a la playa antes de que llegara nadie. Habíamos dejado la valija de Mayra y nos fuimos sigilosamente para no despertar a nadie. Ahí entró el mensaje que miré un rato después, de casualidad, frente al mar. Me tapé la boca con la mano. Esa fue mi primera reacción. Después lloré contra la pared al frente de la casa donde muchas mañanas sacamos unos bancos y una mesita para tomar mate. No me animé a volver solo a Buenos Aires. Gaby me escribió enseguida: no te preocupes que yo me quedo con papi. Esa es mi hermana. Nestor me alcanzó un mate y sonriendo me dijo, vos sabés que todo continúa, ahora ponete bien que tenés que ayudarla a despedirse.

Por la mañana salí a correr por el sendero de las canteras. La subida y la altura fue fuerte. Así y todo le di como pude. Vi las ruinas, el río y el valle. El resto del día anduve en cámara lenta con ese cansancio sereno después del esfuerzo. En un cuento hermoso Triunfo sobre la tumba, Johnson se despide de sus amigos. Cuenta de las penurias de la enfermedad y la vejez de una manera admirable, humana y con una alegría triste. ¿Habrá sabido de su futuro cercano? Pareciera que si. “The world keeps turning. It’s plain to you that at the time I write this, I’m not dead. But maybe by the time you read it”.

Se abre otra puerta hoy.

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