Escribe Rodrigo Faisán, desde Alemania (enviado especial de otros, amigo nuestro).
Esa gente que tanto nos gusta detestar y que maneja gran parte de la información que llega a vuestros hogares y ustedes se creen y se tragan cómo si fuera verdad, esa gente, mis queridos chichipíos, me trajo a Alemania 2006. Una parte de mí agradece, otra putea en varias lenguas (la nativa, la inglesa que es inevitable para moverse por acá, y la teutona que uno intenta seducirla pero ella es tan dura, tan rubia, tan agreta). Ya me limé y quiero que esto se termine. Me gustaría ver Herzogenaurach sin compatriotas, caminar por este pueblito que los ingleses se olvidaron de bombardear (si, me siento como en una canción de Morrissey) con un charuto en la mano sin que nada me importe, pero la verdá me siento cómo en Villa General Belgrano en medio de la fiesta de la cerveza. La fiesta argenta en estas tierras sigue unos días mas gracias a ese zapatazo de Maxi Rodriguez y ahora se viene una en la que vamos a necesitar de varios de esos zapatazos, y de manotazos, codazos y rodillazos en los huevos. Todos los compatriotas que me cruzo ya andan pensando en la foto de Messi besando la copa, ya saben en que pared van a pegar ese poster y hasta se dejan convencer por las patronas que llamar Lionel al primer bebé que venga de aquí en mas no está tan mal, que con suerte va a ser futbolista y con mas suerte aún le va a pegar con las dos piernas como el Maxi Rodriguez. Sentimientos contradictorios, quiero salir campeón del mundo y quiero que esto se termine el viernes, que se acabe esta distracción, despertar y ver que es verdad que nosotros nunca nos recuperamos de nuestros bombardeos.
En la próxima les cuento lo jodido que está pegar faso por acá y lo careta que son los periodistas que se dicen «del palo».
R.F.

[fbcomments]

No comments yet.

¿Tenés algo para decir?