No sé ustedes, pero yo nunca había visto una peli de Hartley en el cine. Y menos así, en una sala y con un sonido que hacen que la situación sume varios puntos.
La nueva peli de Hal es una alegría. Porque lo hace volver un poco a sus comienzos (o sea, lo hace esquivar de taquito No Such Thing, su largo anterior). Porque reaparecen esos personajes con conflictos tan grandes que les duelen físicamente. Porque los Problemas y los Deseos siguen siendo el fuerte eje conductor de toda su filmografía. Porque es un Hartley clásico, más allá de que el 90% de los planos estan inclinados (en scorzo, creo que le dicen los que saben) y usa permanentemente el estrobo (¿la elección estética más jugada de su carrera?). La nueva peli de Hal es una alegría porque tiene mucho humor, pocas pulgas y bastante política. Todo mezclado, todo mezcludo.
En un futuro preapocalíptico, las frotaciones sexuales le otorgan puntos a los ciudadanos, quienes al terminar el coito se dirigen a cargar esos puntos que les dan crédito para moverse económicamente. No hay casi más libros, las escuelas son una especie de corrales virtuales y los alumnos, al igual que el resto de la sociedad, viven enceguecidos por drogas y cascos de VR.
Una chica baja de otro planeta. Desnuda, esbelta, espectacular. No sabe beber, comer, ni orinar. El protagonista (un Bill Sage que está muy bien, no desentona, pero hace desear a un Martin Donovan) la encuentra en la playa y se la lleva a su casa, sumándole una procupación más a las que tiene: una compañera de trabajo que le cae por demás simpática, un jefe medio déspota y un trabajo desagradable pero, por sobre todo, su participación activa en un grupo contrarrevolucionario. Y no nos olvidemos de uno de sus libros, Walden, de Henry Thoreau.
Esta es una de esas películas que uno ama u odia. Lo más prudente es conocer la obra anterior de su director, alguien extremandamente personal en su discurso. Por otro lado, si es la primer experiencia hartliana que uno vive, los pasos siguientes son inevitables: Confía en mí, La verdad increíble y La última oportunidad, las únicas editadas en nuestro país. O sino, más rápido y sencillo, leer esta interesante notita de Santiago B.
Para Hal, el único capaz de ver en lo que nos estamos convirtiendo los humanos es un extraterrestre. Para uno, Hal lo es desde hace años. Porque sólo alguien de otro planeta puede tener una facilidad tan grande para hacernos retorcer de gusto en la butaca.
Ultimo dato: la música de esta peli no es de lo mejorcito que compuso nuestro amigo HH, quien dejó de lado su alias Ned Rifle. Quizás habría que pedirle que lo vuelva a usar, que es siempre un placer.
El link de su productora, para quien desee visitarla, es este.
AGREGADO DE ULTIMO MOMENTO
Me olvidaba de algo importante. Esta es la primera incursión directa de Hartley en cuestiones políticas… Y digamos que no le sale muy bien. Es más, varias de las ideas son un poco… naifs, pero de manera feliz. El humor que surge de estas situaciones (que como castigo penal a alguien lo manden a dar clases y cosas así) es bien Hartleyano, pero peca un poco de… infantil, por más que me cueste decirlo. Están avisados..

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1 Lectores Comentaron

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  1. Pilar M Clares on 8 diciembre, 2008
    Totalmente de acuerdo con tus palabras, acabo de verla y buscaba información. Añado que pasados los minutos me ha cansado la luz, y los movimientos de cámara, los barridos, me han llegado a resultar infantiles, como efectivamente esta incursión en lo político de Hartley. Vista desde su género, aceptable, con altos y bajos narrativos.

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