La juventud es una clase de impaciencia. Una energía disponible. Y muchas veces un no saber qué hacer con ella. En eso los shows de Suarez eran pura juventud que muchas veces perdían su hilo conductor. Creíamos que éramos libres pero tan solo estábamos perdidos. Buscar, perder, encontrar. Rosario ya no grita como solía hacerlo. Y está más linda que nunca. Tengo la idea que llegó a ser lo que siempre fue pero todavía no llegaba. Tranquila y serena; todos en su sitio. Furia contenida y conducida. Puro presente. No hubo una sola canción de Excursiones pero el sonido fue el de ese disco. Los escuchaba y pensaba que no hay banda que hoy suene tan bien. Madurez es saber también (y aceptar) que hay cosas que ya no son más. Aunque estén allí. La otra noche abrazamos a alguien que queríamos mucho. Y vimos después cómo regresaba a una vida en la que ya no estamos. En esta plaza de dos veredas, donde nos vinimos a encontrar.