Una de coreanos, mitad política, mitad… no sé, coreana nomás. Algún metajuego con el sentido del cine también hay. Dos hombres en una habitación haciendo nada, matando el tiempo. Y hay una cámara. Después de muuuucho rato se devela una misión política. Y otra vez la cámara metiendo la cola. Prescindible.
Marcela Basch