Roger Waters

El mejor cerdo volador que se ha visto en años

Estadio de River Plate, 18/03/07

También el más políticamente correcto. Me da un poco de cosa recordar que sobre el chancho volador escribieron aparición con vida de Julio Lopez. Que raro ver a un artista tan moderno y avant garde cuando hace sus canciones de hace treinta años (Pablo me dice, sus canciones de cuando era joven) y tan aburrido y obvio cuando hace su última canción. A Bush no solo le debemos el desastre de mundo en el que vivimos sino la vuelta de las buenas intenciones de los artistas de multitudes. Que raro un artista tan agudo en sus letras metafísicas y tan obvio en sus letras políticas. Alguien podría acotar, Roger Waters no es un artista, es parte de nuestro cerebro. Por momentos era Waters haciendo las canciones más perfectas del pasado siglo, por momento era Waters haciendo covers de Pink Floyd con un guitarrista en cueros y chaleco, impresentable, flaco, de onda, esa ropa ponetelá cuando toques con Maná.
Y sin embargo estaba contento de estar ahí. El ambiente era para todos los gustos y edades y se estaba bien. Poca música une a tanta gente, que quieren que les diga, como el mundial, yo odio el circo, pero esa sensación de comunidad está buena. Aparte, descubro, que no hay música más apropiada a un estadio que la de Waterspinkfloyd. El cielo estrellado ayudó mucho. Pink Floyd fue el primer grupo pop con consciencia galáctica. En vez de escuchar el disco en mi casa me lo voy a escuchar a River. Descubro que El lado oscuro de la luna es contemporáneo a Underworld y a Moby aunque la persona de Roger Waters no lo sea. Que nadie me malentienda, Rogelio no es un artista del pasado, en todo caso, le ha tocado la tarea (tal vez ese fue el precio de su pacto con el demonio por haber compuesto esas canciones) de mantener a Floyd, a esas canciones, en un constante presente. No es un chiste que exista Dub side of the moon; tarea para el hogar, leer Pierre Menard autor del Quijote. Si se trata de covers me puedo imaginar otros conciertos también. Ya no en un estadio: Floyd por The orb en la disco, o Floyd por Mercury Rev en un teatro; quizás el que elegiría sería, Floyd por Neil Halsteadt en un bar.
Y estaba feliz de estar allí. Estar allí era para mí un agradecimiento, un deber casi. La fidelidad no es no acostarse con otros, es no olvidar, es ser justos con el pasado. Aunque ya estemos viviendo en otro lado.

Santiago B.

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