Paseo por la tierra media

En mi gira por la tierra media llegué a la montaña más alta y pude ver hacia el otro lado. La verdad que fue emocionante. Después de subir con la bicicleta unos 30 km llegué a un filo y se abrió todo el panorama de la llanura inmensa y otras montañas distantes y todavía mucho más allá la sombra de la cordillera. Hacia el este las sierras chicas y por detrás, ya casi adivinando, la pampa misma. Pero no fue solo esa visión magnífica porque la subida vino con yapa. Me pude ver a mi mismo en mis otros Dj Malhumor de tiempo atrás. Desde ese punto máximo me pude ver allá abajo haciendo la ruta de la costa que bordea Los Comechingones ya hace algunos unos años. Huía no sé de qué. También me vi terminando ese mismo viaje hacia el Este, en medio del valle, apurado por llegar a tomar el micro y volver a Buenos Aires. Me dio ternura. La idea de Volver al Futuro es que si se encuentran dos yoes de distinta época hay un colapso. Nop. Porque no hay manera que dos yoes se topen. Siempre uno es otro; siempre son distintos.

Bajé de esta cima y remonté otro paso por las altas cumbres y llegué a un cruce en medio de la nada dónde había estado exactamente hace un año llegando desde el norte. Mientras iba llegando me veía venir. Agotado esa vez y algo en zozobra porque se hacía la noche y no sabía lo que venía. Lleno de energía y alegría esta vez. Lo dijo Spinetta. Mañana es mejor. Siempre paso por Córdoba. Casi siempre. Cuando éramos chicos, hermanos y primos veraneábamos en La Cumbre en una casa enorme donde podíamos perdernos. Muchos años después; cuando me separé de mi novia legendaria me fui a la casa solitaria a escribir una monografía sobre Aristóteles. Por las noches escuchaba nuestras voces en los pasillos. Estoy seguro que éramos nosotros. Hacía frío y me había recluido a una parte del caserón como en Casa tomada. Eran nuestras voces sin duda. Se decía que los antiguos caseros habían muerto asesinados. Nunca le prestamos atención a esas historias. Ahora las creo verdaderas. Sin embargo nuestra presencia de chicos despreocupados y felices espantó a los fantasmas. Como en Los Otros. Esa película cuando Nicole Kidman era la mujer más bella del mundo. Al atardecer bajaban los zorros y mi tía decía que merodeaba un puma. Fue en La Cumbre que me gustó la primera chica que no era ni de mi colegio ni alguna de mis primas. Se llamaba Alina. Era pecosa y de clase alta. Un día llegó una amiga de Alina y sus hermanos en un caballo blanco. Una aparición. No muy lejos, y nosotros sin saberlo, aterrizaban OVNIs. O lo sabíamos y no le prestábamos atención. Seguramente. El principio de realidad llega más tarde; llega para instalarse y ya no irse nunca más.

Dj malhumor.

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