Encuadres desencuadrados. Persianas bajas. Camas con adolescentes aburridos en pose insinuante. Tormenta, sequía, tormenta. Chicos, muchos chicos por todos lados. Dos y tres planos de sonido (y ninguno es el principal). Mugre. Cosas que se ven de lejos y primerísimos planos de detalles. Azulejos. Actores excelentes que nunca o muy poco hemos visto. Palabras vacías. Violencia latente y de la otra. Familias numerosas. Familias eternas, todos somos familia. Salvo los otros. Los otros fuera de plano, fuera de foco, como fantasmas. Los otros: apenas una mancha oscura que pasa por el fondo. Los otros: los que dicen señora. Un personaje -una señora- habla de los espantos. Dice: la casa está llena de espantos. Dice: no los mires, si no los mirás se van, ya se van.
Casas grandes, llenas de gente, familias confusas y los otros, los negros, los pobres, los empleados, como los quieran llamar, en un segundo plano siempre presente pero no los mires, hagamos como que no están.
Algo de eso y mucho de algo de lo que es muy difícil hablar está en esta tercera película de Lucrecia Martel. Es muy Martel, es el comentario que escuché antes de escapar de la sala llena de críticos. Sí que se toma su tiempo esta chica: 1995, Rey Muerto en Historias Breves; 2001, La Ciénaga, consagración; 2004, La niña santa, súper recontra consagración; 2008, La mujer sin cabeza. Definitivamente no corre con los tiempos del mundo. Sigue filmando en Salta, sin pintoresquismos, sin apuro. Y no da puntada sin hilo.
No sé explicarlo, pero si bien es una película armada en torno a la negación, a lo que no sucede o no sabemos si sucede, no tiene nada que ver con esas películas sobre nada que se han puesto tan de moda y hacen que mucha gente prefiera jugar a las bochas antes que ver cine argentino. Yo he visto El otro, por ejemplo, con su Oso de Berlín y todo, y no me avergüenza decir que me dormí olímpicamente (en sentido literal y en el cine). He visto Extraño, también con Julio Chávez, y se hizo difícil. Hay tantos ejemplos, para qué abrumar. Y sin embargo nada de eso pasa con La mujer sin cabeza, un film absolutamente tenso, que trabaja una cuerda -si se me permite- moral. Lo que no se ve grita.
Gran mención para María Onetto, una enorme actriz de teatro que el cine todavía no había aprovechado como se merece. Y, en realidad, gran mención para el talento de dirección de actores de Lucrecia Martel, que convierte en estrella de carácter a todo actor que toca.
Sí, esta es otra de esas famosas reseñas que no dicen nada o casi nada. Debe ser parte del efecto Martel.
16 Lectores Comentaron
Unite a la CharlaNo partimos todos de esa base, por suerte.
Soy Pía.
Creo que Lucrecia Martel va a seguir sorprendiendonos muy gratamente.
Salud,
saludos.
Juan.
De todas formas el papel de Onetto me parece muy bien llevado por ella.
falta mucho para que llegue al gaumont?
Realmente la pelicula de Martel es muy buena y creo que los muchos que no aprecian esta peli es porque no implementan una nueva forma de ver. Pero es bastante lógico, la mirada es cultural y como lamentablemente la mayoria de los productos cinematograficos se encuentran tan masticados, ante un film que ahonda en las sensaciones y en la construcción paso a paso, y no hablo de linealidad, de una historia, se quedan afuera, y por lo tanto no tiene herramientas para armar una historia en la cual pasan cosas (la escena de vero como una extraña en su propio consultorio me parece de lo mejor que he visto en el cine nacional desde hace muchos años)
eso es sensibilidad y hasta empatía con los personajes; además demuestra que el extrañamiento se puede filmar sin recurrir a viejas recetas de loops hipnóticos ni edicíon de videoclip.
El lenguaje cinematográfico se amplía considerablemente en estos casos, estoy realmente muy agradecido
seguramente sera una obra de arte para algunos...pero si partimos de la base que el cine es un espectaculo artistico, social, cultural que debe entretener y contar historias interesantes...
(hay butacas que llenar en el cine como decia Alfred) tu vision al igual que la directora Martel es egoista y carece de querer tener un mensaje claro y para un publico masivo.
la verdad Eduardo tiene razon. si voy a ver un film que no me dice nada y que vos tenes que imaginar todo...leo un buen libro o de ultima escribo una pelicula yo y no hago pagar la entrada a alguien para que despues no entienda nada y se duerma.
Martel tiene un estilo, un codigo extraño, diria yo, errado para el 7mo arte. Yo no entiendo sus peliculas, me aburren, prentenden mas de lo que son...al igual que su directora.
El INCAA protege a Lucrecia como oro...y asi nos va en el cine. este film fue abucheado dos veces en Cannes y las criticas de diarios en Francia, España, Italia y Alemania la mataron (busca en la web), pero aqui es una obra maestra....
dejemosnos de joder, yo no quiero ver efectos digitales hasta en la sopa, pero tampoco una pelicula que desde el vamos me deja afuera...es decir, veo que los fanaticos de Lucrecia se creen superires...esto es arte, hay que triste que penses eso, que lastima, o vos decis eso porque no entendiste nada....Como si serian los unicos que pueden visualizar una verdadera obra de arte y el resto de los espectadores que nos eburrimos o no entendimos fueramos unos idiotas ignorantes.
vamos, basta de creerse lo que no hay. Martel hace film autorales que tienen un estilo, eso no se discute, pero que el publico en general no entiende, siempre lo deja afuera de todo....no le importa, nada, ni las criticas, ni el publico, ni nada, solo le gusta viajar a los festivales bancada x la guita del INCAA, ganar premios acomodados de criticos que hoy se dieron cuenta que su cine aburre y no cuenta nada. pretende contar y dejar mensajes, pero se queda en las pretenciones nada mas...
vean mas cine argentino, apoyen al cine nacional, de la mejor manera, alejese de los films de Lucrecia, porque esos film son los que alejan al publico de nuestro cine.
Realmente Martel tiene una sensibilidad que sale por la pantalla en cada momento. La pelicula no permite que te desconcentres durante la hora y media. La direccion de actores es maravillosa, cada personaje encuentra todo lo necesario para funcionar como tal. LA posibilidad de que queden cosas sin aclarar y que uno pueda imaginar, que no sepas todo desde el ppio y que vayas armando un rompecabezas. No seamos necios dios mio, el espectador se cava su propia fosa cuando quiere que le regalen todo en bandeja y lo unico divertido es ver ultima tecnologia en panatalla. El mundo mágico, la mística que se siente en esos espacios, la ensoñación provocan un misterio que hace los films de MArtel con sus elipsis e indicios, una delicia. Martel dice mucho pero hay que querer verlo. Pero seguimos siendo America LAtina, lo que no queremos ver lo tapamos.
Gracias MArcela por este espacio saludos
Los actores son buenos pero parecen atrapados en un guion que les da poco margen a ser actuaciones destacadas.
Muchisima gente se fue indignada del cine al verla.No gustó para nada.Espero que el INCAA piense mejor a la hora de financiar o apoyar peliculas asi.