En la última emisión de Europa Sin Fin, podcast que produzco junto con mi amigo Fernando sobre el pop europeo fuera del Reino Unido, le dedicamos un tiempito a las Maustetytöt, este muy buen dúo de synth pop deprimente, de melodías pegadizas y mínima expresividad, compuesto por Kaisa y Anna Karjalainen, que nos llega desde el Finlandia profundo y que ya se ha ganado un lugar muy importante en la escena indie local (de allá).
La selección de las Maustetytöt (Chicas Picantes, en español) me recordó que les había hecho una pequeña entrevista en agosto del 2019, en el moderno barrio de Kamppi, días después de su muy buena presentación en el Festival Flow, cuya cobertura general de Encerrados Afuera pueden leer aquí. Lerdo y también perezoso, y después de muchas circunstancias inexplicables, finalmente desempolvo aquí aquella entrevista, que si bien no estuvo exenta de esfuerzo, dada la afición de los finlandeses en general, y de las Maustetytöt en particular, de no hablar ni gesticular más que lo mínimo indispensable, me fue otorgada al más puro estilo finlandés: con generosidad total y verborragia nula.
Ojalá que antes, durante o después de la entrevista, les genere la suficiente intriga como para darle una oportunidad a “Kaikki tiet vievät Peltolaan” (“Todos los caminos conducen a Peltola” -el hospital psiquiátrico de la ciudad en la que vivían-), su primer disco (hace unos días editaron el disco sucesor) y si no, que al menos les ilumine un poco sobre cómo es tener una banda indie exitosa en las tierras de Jari Litmanen.
EA: Primero que nada, cuentenme cómo empezó todo. ¿Cómo se formó la banda? Sé que son hermanas…
Kaisa: Teníamos una banda llamada Kaneli, antes de Maustetytöt, que es cinnamon en inglés.
EA: Allí tocaban con otra hermana…
Kaisa. Sí. Así que venimos tocando juntas desde hace más de diez años y ahora queríamos hacer algo diferente. Queríamos cantar en finés. Y formamos Maustetytöt.
EA: ¿Cómo están llevando este éxito abrupto que están teniendo? ¿Ha cambiado la manera en que se relacionan con la música? ¿Piensan más su carrera ahora como una profesión?
Kaisa: Por supuesto que nos hace pensar que esta podría ser nuestra profesión. Bueno, es nuestra profesión ahora, vivimos de la música, lo que es lindo pero siempre intentamos recordar que lo importante son las buenas canciones y la música, así que es lo mismo.
EA: ¿Qué cosas escuchaban cuando empezaron a hacer música y las influenciaron? ¿Y ahora? ¿Cuánto ha cambiado?
Kaisa: Cuando éramos chicas escuchábamos rock viejo, los Beatles, música de los sesentas y los setentas.
Anna: Sí, rock clásico.
Kaisa: Y un poco después, en nuestros veintes, empezamos a escuchar música finlandesa.
EA: Muchas bandas nórdicas, más que nada suecas, han tenido éxito a nivel global y seguramente una parte de eso se deba a cantar en inglés, un sonido mucho más vendible en el planeta que el finés. ¿Han considerado escribir canciones en inglés y buscar más proyección internacional? ¿O prefieren seguir así?
Kaisa: Antes escribía en inglés… solíamos escribir en inglés con nuestra vieja banda, pero luego formamos esta banda en finlandés y ahora no volvería a escribir en inglés; la única manera de escribir es con tu lengua materna, ahí es cuando realmente conseguís lo mejor. Además, como podés apreciar, no hablamos muy bien inglés así que no era algo disfrutable para nosotras.
Anna: Es mucho más difícil expresar sentimientos o pensamientos fuera de tu lengua nativa.
EA: En una de sus canciones, hay un guiño a ABBA (Se oli SOS). ¿Qué relación tienen, no solo con ABBA, sino con el legado, digamos, del pop nórdico en general?
Kaisa: ABBA no es la banda número uno de las que me gustan, pero teníamos este tema que venía del título de la canción así que pensamos “sí, agarremos el riff de la canción de ABBA o la intro”, y fue una linda reversión.
EA: ¿Pudieron ir a algunos de los conciertos del Festival Flow? ¿O tocaron y se fueron?
Kaisa: El único que vimos fue el de The Cure. Teníamos recital el sábado, así que nos vimos nada.
EA: No le prestan mucha atención a la actualidad del pop, ¿no?
Kaisa: Yo sí, pero no había tantas bandas interesantes… o yo no las conocía, en realidad. Es un festival muy trendy y muchos de los nombres ahí… la verdad es que nunca los había oído nombrar.
EA: Y respecto a la escena del indie finlandés, ¿sienten que son similares o que tienen alguna relación con otras bandas? ¿O se consideran totalmente diferentes?
Kaisa: Creo que somos un poco diferentes, pero de una manera positiva… quizás esa sea parte de la razón de este éxito que tenemos. Al menos eso dicen la prensa, que somos frescas y diferentes a los demás, no sé.
EA: Por lo que pude entender, por intermedio del Google Translate, que tiene su propia poesía…
Ambas: Sí…
EA: Así que quizás la traducción no sea del todo correcta, me pareció que sus letras son especialmente tristes, algo oscuras, y al mismo tiempo tienen mucho humor. ¿Esto es importante para ustedes? No hacer todo tan serio, dramático, ponerle un escape a eso.
Kaisa: Bueno, no lo planificamos para nada, pero supongo que está bueno que no sea todo siempre tan triste y deprimente, tener otros puntos de vista. Y si las letras son melancólicas u oscuras, es porque son cuestiones con las que nos es más fácil relacionarnos y escribir sobre eso, ya que no somos tan optimistas como nos gustaría, somos más bien pesimistas…
EA: Cuando en Latinoamérica pensamos en Finlandia típicamente pensamos en un gran estado benefactor, en una buena educación, en un país donde hay un buen sistema de seguridad social, pero también un lugar donde hay mucha tristeza y, básicamente, suicidios. Estereotipos aparte, en sus letras parece haber algo de esa tristeza social, la que proviene de una vida donde no hay que pelear tanto contra problemas materiales concretos pero sí contra sentimientos grises, contra angustias más difusas.
Kaisa: Sí, es así.
EA: ¿Sienten que hay una parte de la identidad finlandesa en sus letras?
Kaisa: Bueno, los finlandeses somos, creo, bastante pesimistas y depresivos, por supuesto…
Anna: Sí, de todas maneras, son cosas de las que se habla desde hace poco. No era tan común en Finlandia hablar sobre depresión o problemas mentales hace unos treinta o cuarenta años. Se volvió más común en la última década discutir este tipo de cosas.
EA: Antes vivían en el campo, en Vaala, luego se mudaron a otra ciudad un poco más grande (Oulu) y luego a Helsinki. ¿Creen que todos estos cambios se relacionan con su música y letras? Quiero decir, crecieron lejos de Helsinki y ahora viven acá. ¿Cómo les afectó?
Kaisa: Sí, bueno, ahora nuestras letras son más urbanas… No sé si cambió nuestra relación con la música, pero las letras vienen de nuestras vidas, de lo que vimos y vivimos, y hemos vivido aquí por unos seis años, así que claro que ahora son más urbanas. Acá hay mucha más gente, pasan muchas cosas. En nuestro hogar, todo es más silencioso y tranquilo. Nuestra casa está en el medio del bosque, cerca del lago.
EA: ¿Es más fácil deprimirse en Helsinki?
Anna: No creo que tenga que ver con el lugar.
EA: Bueno, a veces ayuda.
Kaisa: Sí, pero allá también te podés deprimir, porque es muy solitario, especialmente si no tenés amigos ni familia cerca.
Anna: Y si te gusta que pase algo cerca tuyo.
EA: Viendo el video de Tein Kai Lottorivini Väärin, me recordó mucho al cine de Aki Kaurismaki, de hecho hay algunos guiños allí, como el póster de Le Havre, y ustedes tienen también esta especie de sentido del humor muy seco, deadpan, sin expresiones. ¿Se sienten identificadas con esta estética? En el escenario también hablan mucho pero en un modo monocorde, una actitud para nada popstar y tampoco intimista.
Kaisa: No intentamos ser así, pero es parte de lo que somos. Claro, vimos películas de Kaurismaki y nos gusta su estética…
Anna: Es lindo escuchar que la gente piensa en Kaurismaki cuando escucha nuestra música, o viene a nuestros conciertos o ve nuestros videos. Fue una sorpresa pero es lindo escucharlo, porque nos gustan mucho sus películas.