Ayer ví Fast Food Nation, de Richard Linklater, que me hizo acordar al último disco de Dj Shadow. En una entrevista bastante interesante, el genio del dub decía que el nuevo rumbo que había tomado con The Outsider, volcado completamente al hip-hop, era una decisión conciente y por más muchos de sus seguidores la abucheen, a él sólo le interesaba seguir su norte: que prefería que la gente fuese fan de un disco y no de un músico. Después de todo, la gente cambia. ¿Te voló la cabeza Endtroducing? Perfecto, seguí ese disco, no a su intérprete… Creo que eso me está pasando con Linklater.
Más allá de que la calidad de muchas de sus películas (o de sus guiones) disminuyó notablemente, sus últimos proyectos se distancian cada vez más de aquel pibe de Austin, que largó su carrera con It´s Impossible To Learn How To Plow By Reading Books, un Linklater alucinante. O de Slacker. O de las Before. Todavía no ví A Scanner Darkly (¿por qué no la estrenaron en cine, viejo?), pero el golpe bajo de Bad News Bears –una especie de Escuela del Baseball-, es medio insuperable.
Fast Food Nation puede llegar a ser la Erin Broncobitch de Linklater. Un éxito en taquilla, la prueba bien fundamentada de una nueva conciencia social, bien Políticamente Correcta, bien filmadita, bien bien. Pero… ¿algo más?
La película no es mala, pero tampoco es para aplaudir de pie. Sin embargo hay una escena que delata al director: una charla entre Ethan Hawke, su hermana (Patricia Arquette) y su sobrina (Ashley Johnson), que por fresca, simpática y aguda hace que uno se sienta en casa. Que uno sienta que la filmó Linklater.
Eso sí, menos mal que a Greg Kinnear no se le ocurrió pelar escote como a Julia Roberts…