John Self, alter ego de Martin Amis en la novela Dinero dice que su mejor remedio para la gripe es meterse bajo una frazada gruesa a sudar como loco durante la noche mientras se baja metódicamente al menos media botella de scotch. Mi abuela también decía que el whisky mata los gérmenes y creo que lo mezclaba con miel. En el chino de acá a la vuelta venden un Whisky marca Glasgou (¡genial!) por 8.50 pesos argentinos. Casi un poema.
La gripe me da que pensar. No se sí entregarme a ella o darle batalla. Me hace pensar también sí así será el fin de mis días (y los tuyos). Daremos batalla o simplemente aceptaremos que llegó la hora? Los lacanianos argentinos deberían hacer más caso a la gripe a la hora de evaluar el poder de la biologia. Un día no tenés energía para nada, el otro día sale el sol y todo parece posible; escalar el Everest, conquistar a esa chica; encontrar la canción perfecta. En otras épocas me dejaba abatir sin más; experimentaba una pequeña muerte y renacía al tercer día. Como Amis, dejaba el sudor en la ducha y empezaba de cero. Esta vez me mantuve en pie a fuerza de pastillas. Pero la nube sigue acechando y estoy en el medio. Ni tan enfermo ni tan sano; insoportable. Mejor dejar que avance la fiebre, delirar durante la noche y sentirme Rimbaud en Africa.

Dj malhumor.

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