El Festival BUE visto por la mirada nebulosa de nuestros enviados especiales
Uno
Pobreza obliga, podía elegir sólo una fecha de las dos.
De la primera sólo Patti Smith me llamaba la atención, no por saberme su discografía de memoria o poder recitar el tracklist completo de Horses, sino por su biografía que incluye a Sam Shepard, Robert Mappletorphe, Fred Smith y unos cuantos más entre los coprotagonistas. Los Beastie Boys ya no me interesan desde hace años, mejor espero la película. ¿Elephant? que vayan al zoológico a contarle chistes córdobeses a Dumbo y Tantor. ¿Díos los cría? ¿Me estás hablando en serio? ¡Sólo tengo dos oídos y me tienen que durar toda la vida!
No fué dificil entonces elegir la segunda fecha. Ofrecía a dos bandas de Brooklyn que este año estuve escuchando bastante, un par de actos que me intrigaban un poco (¿Cuántos estilos toca Amparanoia? ¿cómo hacen Amadou & Marian para embocarle al microfono?), un DJ que hizo un disco que me gustaba hace cómo 7 años y dos franceses que bailé a los saltos en la época que la música me hacía saltar.
El sábado estaba todo calculado para llegar justo y ver a TV on the Radio. Pasé a buscar a mi amigo Pablo (sí, todos en encerradosafuera somos amigos de Pablo) y justo estaba de grabación intensiva con Dj Malhumor que había bajado a la ciudad en busca de provisiones para soportar los meses venideros en el desierto. Chusmeamos un poco, nos contamos las amenazas recibidas en los últimos meses por fans indignados por nuestras chanzas y nos despedimos prometiéndonos un asado la próxima vez que los tres coincidiéramos en la gran ciudad autónoma.
Otro
Atravesamos Buenos Aires en mi Super Chatarra Special escuchando la transmisión oficial del festival por FM Kabul, hablaban de lo grandioso, lo fantástico, lo inolvidable que había sido lo de la noche anterior. Dijeron que la gente había estado a full, a pleno, reloca, viviendo una fiesta inolvidable. Pablo que había ido tarde y sólo para ver a los Beastie Boys me hizo su resumen: Bien, pero con fallas de sonido, y con Mix Master Mike tan lento que lo gastaban entre tema y tema, parece que alguien le había mezclado los discos».
Cuando llegamos al pujante barrio de Belgrano, en la radio pasaban el set de Me darás mil hijos (¿es el grupo favorito de Dolores Barreiro, no?), estábamos bien de tiempo y nos pusimos tranqui a buscar dónde aparcar el carro, por suerte todavía no habían llegado los barra bravas que operan en la zona que te lo miran a cambio de unas monedas. Dimos varias vueltas y cuando bajamos estábamos medio desorientados, por suerte un alarido gutural nos indicó para dónde había que agarrar, era Bicicletas que empezaba su set de canciones que hablan de dormir y despertar.
Pasé los controles de seguridad transpirando un poco, llevaba un tetra de Terminator Syrah Caberné escondidos entre las pilchas en la mochila, eeh, ¿tanta ropa traés? me dice el que me revisa al ver que llevo campera para la lluvia, gorro, bufanda y polar, no, es que el pronóstico decía ‘probabilidad de lluvia y descenso de la temperatura’ le digo, cómo no tengo objetos contundentes, ni cuetes, ni cosito mp3 para piratear, ni botellas de agua me empuja a un costado y entro tranquilamente. Pasamos frente al primer escenario justo cuando está el set de Fabían Couto, no soy digno de escuchar a este bon vivant de la música y paso con la cola entre las patas y las mejilas coloradas de verguenza, ¡cómo cambiaría mi vida si tomara Gancia como él! Ya van a ver, un día de estos voy a subirme a estas nuevas tendencias urbanas de ser cool y tener estilo y se van todos a cagar. Encaramos para el escenario principal, entonces recibo un SMS del Gordo Carnozzo «Tngo lo tuyo», me dice. Carnozzo venía de entrevistar a Vicentico para la Para Teens y había tenido tiempo después de pasar por lo del salmón a rescatar una tuca. Con eso tiro toda la noche pienso y no me voy a equivocar. Dos mensajitos después me encuentro con Carnozzo que estaba de alta jarana con un grupo de periodistas de rock y le entrego la provoleta a la provenzal que me había pedido cómo parte de pago. Se te van a caer los dientes como a Coriega me dice el chabón y lo dejo con sus amigos comentando el DVD de Los Parchís recién editado. Camino un par de metros y aparece Kogote, el fotógrafo que encerradosafuera contrata para los grandes eventos. Uh, apareciste justo, recién lo ví al dogor que me habilitó uno de los que fuma Devendra, ¡te va a dejar de los pelos! le digo. No man, me rescaté y estoy limpiandomé me dice. ¿Que!!?, ¿estás en pedo? pregunto. No, estoy recareta, estoy internado en una clínica y me dejan salir los fines de semana para laburar me responde secamente. Silencio. Largo. Incómodo. Cómo dijo Bukowsky después de darle masa a una vieja que no veía hace años: algo había desaparecido entre los dos.
Y otro más (¡el de Devendra!)
Entonces los acontecimientos se precipitan escandalosamente, y de pronto estoy en La Farola atragantandomé con muzzarella y anotando cosas para no olvidar:
Hana: tuve unos segundos en los que anduve más perdido que Pipo Chipolati y sin querer me metí en la carpa incorrecta. Se me pegó un estribillo berreta, pero efectivo. Mi arrepentimiento dura un par de horas.
TV on the Radio: No serán la octava maravilla pero tuvo sus buenos momentos, especialmente cuando el guitarrista blanco se ponía a hacer noise. El guitarrista peludo estaba para la foto nomás.
Yeah, Yeah, Yeahs: Karen O se dobla pero no se rompe. Empezó muy bien, en el medio se puso denso, sobre todo porque la nena caprichosa quería jugar a la chica mala. Aplausos para un vecino de la popular que le gritaba «daaale flaca, definí». Terminó bien, pero no fue para tanto, se nota que los agarramos agotados de tanto andar de gira por ahí.
Amadou et Marian: compruebo lo del micrófono, Marian no le puede errar porque lo tiene en la mano, Amadou tantea el pie de mic con su pie para hacer los coros, sonríen todo el tiempo.
DJ Bobby Flores: En otro momento de desorientación y sesos debilitados (me habían dicho que al fondo era más fácil conseguir panchos), me perdí y terminé frente a su DJ Set. New York Dolls, Sex Pistols y los Ramones con reverberancia de techo de galpón alto. Todos los temas pegaditos y sin mezclar. Me quedé un cacho viendo si usaba vinilos, pero no. Me fuí para el buffett, ví los precios (¡6 mangos un pancho!, ¿ya saben dónde se los pueden meter, no? pero que no sea de punta, metanselos de costado ¡chorros!).
Daft Punk: Lindo el plasma ¿la escenografía la hacía Frávega?. Muy grosso. ¿Y? Andaba con la vista cansada, así que ví un par de temas y me fuí a ver a Brian Storming bailando con la más fea. Les tocó arrancar a la misma hora que los robots franceses. Lo ví a Kogote colgado de una torre sacando fotos y volví al escenario principal. Fue el mejor momento del festival, caminar casi solo entre los puestos de boludeces y los escenarios casi vacíos, pasé por el lugar dónde te afeitaban gratis para aprovechar la promo, pero ya no había nadie, y bué. Cuando llegué a lo de Daft Punk me colgué viendo a un grupito que parecía que se conocían de un taller de expresión corporal. Si, mi cuerpo es muy expresivo y esta música me libera parecían decir con sus movimientos: un petiso de rulos caminaba rápido con los brazos estirados jugando al avioncito, daba vueltas alrededor de una chica de pollera larga y pantalón debajo que parecía estar en una clase de gimnasia jazz, al costado un chabón de barba candado saltaba con los brazos extendidos tratando de hacerlo cada vez mas alto, otro se hacía el robot pero le salía un títere, una piba revoleaba la cabeza y un metro y medio de rulos para todos lados sin mover los pies de su lugar, un pibe en cueros y pelo corto la miraba con ganas y le decía algo. Era obvio que eso terminaba en orgía, tal vez ahí mismo. Aunque no creo que el del avioncito llegara a enterarse, todavía debe estar dando vueltas el petiso.
Amparanoia: Ví dos temas y me fuí porque me pareció que si me quedaba un poco más iba a terminar votando al Partido Obrero.
Los Alamos: Los escuché de lejos, tirado en el pasto. Los alaridos morrisonianos de Peter mezclados con la reverberencia del escenario galpón me daban ganas de estar más lejos todavía.
Dj Shadow: Venía bien hasta que apareció el MC a arengar a la monada que andaba con ganas de gritar. Por suerte no duró mucho, pero si lo suficiente para cagar el show. Después hizo esa de UNKLE que grabó con Thom Yorke, pero acelerada. Con eso alcanzó para que me fuera conforme.
El Bajón
Después lo previsible, la depresión al adivinar la respuesta a mi duda de si habían estado bien gastado estos 90 mangos, el auto lleno de gente (¿quién era ese señor pelado que se subió con un trava?), la muzarrella aceitosa y después de unos breves comentarios sobre lo recién vivido en el BUE, otra vez estábamos hablando de la tercera temporada de Lost.