El Siempreterno: la resurrección

“Pasate una de Favio” gritaba un flaco detrás de mí mientras en las pantallas de Niceto se reproducía Nosferatu, de Murnau. Sergio Rotman estaba decidido a continuar con su “show comentado” de “El Siempreterno, la resurrección”. Contó que por las guitarras del grupo pasó un muchacho llamado Ariel Sanzo (alias Ariel Minimal) qué escribió una canción que “casualmente” se la había dedicado a él. Así Hernán Espejo en la guitarra empezaba con “Noches románticas en sótanos húmedos” y oficialmente la resurrección comenzaba a concretarse.
Hace un tiempo vi un documental que me fascinó: “Until The Light Takes Us” de Aaron Aites y Audrey Ewell. La película pivotea entre dos figuras claves del black metal noruego, Fenriz de Darkthrone y Varg Vikernes de Burzum. Durante todo el recital fantaseé algo así entre Sergio Rotman y Ariel Sanzo. En el documental las entrevistas reconstruyen una época, cuentan qué pasaba por la cabeza de los pioneros del black metal noruego, o por lo menos lo intentan, tratan de explicar(se) qué sucedía en ese momento, todo alternado con imágenes de iglesias prendiéndose fuego. Puedo imaginar en unos años una cámara que sigue a Sergio Rotman por toda Buenos Aires, mientras cuenta como era tocar en Niceto al límite una noche de tormenta brutal.
Este 2016 tiene que ser recordado como uno de los años que más llovió en Buenos Aires y en el que nos acostumbramos al agua. Por eso me sorprendió llegar a Niceto y verlo tan lleno. Supongo que la ansiedad por descubrir como sería la banda sin Ariel hizo lo suyo. También es cierto que hace mucho que no se ve en esta ciudad una banda de esa calidad.
Rotman dejó en claro que con El Siempreterno lo que quería era hacer punk, guitarra, batería y bajo. Canciones rápidas y discos cortos. Por eso en esta resurrección no es de extrañar que las canciones sufrieran ciertas alteraciones, en sus ritmos y en sus tiempos, más lentos. Si la banda va a tener nuevamente vida, que sea distinta. Sería un error pedirle a Hernán Espejo que haga lo que hacía Sanzo en las guitarras (aunque debo confesar que quería que sonara como Ariel), y un sólo recital no alcanza para adivinar lo que vendrá. Desde el público se veía al guitarrista cómodo en su rol y se lo escuchaba muy bien. Durante algunas canciones fue acompañado por Gigio Gonzalez (ex Cienfuegos, quien ya ha subido a tocar con ellos en otras oportunidades). Como siempre, Sergio hizo algún chiste en referencia al tiempo que hace que se conocen con Fernando Ricciardi (baterista), y bromeó también con la edad del bajista, El Ruso Álvarez.
Mimí Maura, la otra voz, es y será una reina que se para en el escenario y nos hace suspirar a todos. Me acuerdo de uno de los primeros Quilmes Rock de principios del 2000 al costado de la cancha de River. Antes de que tocara Spinetta salió ella y escuché detrás de mi a un chico decirle a otro “Es tan, es tan …” y no terminaba la frase, lo decía como con enojo hasta que le salió con ternura “es tan bella”. Mimi es bella, es reina y pareciera ser el contrapunto necesario para Sergio en el escenario. Noches románticas en sótanos húmedos.

Laura Larrea
Foto: Facebook el Siempreterno

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