Russ Meyer: El Dios de las Tetas

En todas las civilizaciones antiguas, los dioses eran tantos y tan específicos que casi no había objeto, sentimiento y/o forma de vida, que no estuviera regido por uno de ellos: desde Afrodita hasta la Pacha Mama, podríamos enumerar miles de ejemplos. Sin embargo, en los últimos años, si hay alguien que se merece el título de Dios de las Tetas es, sin duda, Russ Meyer, quien falleció hace unos pocos días sin que se haga mucha mención del asunto. Esta pequeña nota es nuestro humilde y sentidísimo homenaje al hombre que supo resaltar las partes más nobles de la humanidad.

El 18 de septiembre, a los 82 años, falleció Russ Meyer, cineasta completista de los que casi no hay. A lo largo de su carrera filmó cerca de 30 largometrajes, en los cuales no sólo se hizo cargo de la dirección, sino también de la producción, los guiones, la cámara, la edición, la distribución, el manejo de los derechos, etc. Ejemplo máximo del self-made man, Meyer no sólo demostró una gran versatilidad al momento de dirigir, sino que dio clase en muchas de sus películas. Sin embargo, y muy a su gusto, siempre será recordado por lo neumáticas que fueron sus protagonistas. Mujeres de pectorales descomunales, siempre exagerados, cuasi cartoonescos, pero, eso sí, siempre naturales.
Las tetas fueron el punto de partida de muchas de sus elecciones de casting. Especialista en encontrar tetonas, Meyer no era muy amigo de repetirse, por eso siempre deslumbró la cantidad de pechugonas que supo conseguir. Los nombres de sus chicas son tan llamativos como sus curvas: Kitten Natividad, Babette Bardot, Lori Williams, Haji, Uschi Digart, Erica Gavin, y, entre otras, Tura Satana, aquí tristemente conocida por un tema de los Babasónicos .
No sólo de tetonas se poblaron sus películas: también había muchos hombres, en general al borde de la explosión sexual, conteniéndose, dejándose seducir y dominar por estas amazonas salvajes. Ellos en general son altos, de mandíbulas rectas y firmes, cuasi arios, siempre al borde de la caricatura, al igual que las mujeres.

russ3Sin embargo, no todo es caricatura en el universo meyerano. Sin lugar a dudas, el pulso que demuestra en cada una de sus películas habla de una conciencia, de una intención. Es así como al comparar dos obras tan opuestas como Supervixens y Lorna, vemos un total dominio del montaje, ya sea para ritmos frenéticos, tan crudos como humorísticos o para ritmos más reposados, con una envidiable creación de climas. Los brillantes colores balanceados de una contrapuestos a un glorioso blanco y negro en la otra, utilizado como criterio estético.
La carrera de Meyer empieza como espectador del burlesque, teatro para adultos, en el cual se enamora de Margie Sullivan, una simpática y desenfadada tetona que sería su estereotipo de mujer ideal, punto de partida para sus posteriores decisiones de casting. Su pasión por la fotografía desde los 12 años lo llevó a trabajar profesionalmente en ese rubro, haciendo desde publicidad hasta la cobertura de la segunda guerra mundial, en la cual participó en un batallón cercano al de Patton. Tras volver de la guerra, comenzó a fotografiar mujeres para revistas de adultos, hasta que conoció a Peter DeCenzie, dueño de El Rey Burlesque, quien le produjera su primer película, French Peep Show, traslación de un espectáculo en el que unas 9 bailarinas, entre las cuales se encontraba Tempest Storm, llevaban a cabo unos alegres strips, acompañadas por una orquesta. Esta película sería el comienzo de una serie de nudie cuties y películas de campos nudistas, en las cuales los argumentos no tenían importancia, sino la aparición de varias mujeres en topless con mucha alegría y, nuevamente, desparpajo.
En 1958 se rueda lo que sería su debut oficial, The Immoral Mr. Teas, en la cual un hombrecito desgarbado tiene visión de rayos x, pudiendo ver desnuda a cuanta mujer se le antoje. Esta comedia dislocada funcionó muy bien en los circuitos underground norteamericanos, recibiendo alguna que otra crítica positiva, lo que lo llevaría a realizar muchas películas con similar temática: humor y minas en bolas, una combinación irresistible.
Su momento más alto comienza en 1964, con Lorna en la cual una mujer que enloquece a todos en un clima tan caliente como su protagonista. De allí en más, su obra se puebla de películas extremadamente personales, como Mudhoney o Motorpsycho, una de sus primeras películas no focalizadas en las glándulas mamarias, en la cual sigue las aventuras de tres pandilleros. A esta altura de su carrera, los nudie cuties estaban muy de moda, aunque eran perseguidos por las distintas organizaciones puritanas que velaban por “una América más sana”. Motorpsycho es su primer paso en busca de nuevos rumbos y se transforma en su película más taquillera hasta ese momento.
Sin embargo es en 1966 cuando realiza su obra más alabada, innegable objeto de culto alrededor del mundo: Faster Pussycat, Kill! Kill! Viendo el éxito que resultó ser Motorpsycho, se decide a realizar un film similar, pero con mujeres en los roles protagónicos. Para esto recluta nuevamente a Haji, una de las pocas chicas que repitió en sus filmes, la cual le sugiere a Tura Satana, una striper mitad cherokee mitad japonesa. Esta imponente belleza era experta en artes marciales, lo que la hacía ideal para el protagónico de Faster Pussycat. Así es como nació este clásico, que en su momento no tuvo buena respuesta del público y que, irónicamente, resultó ser uno de los favoritos del reciente movimiento feminista, ya que las mujeres son las que tenían el poder, en unas desérticas carreteras, donde los hombres no eran más que víctimas del original girl-power. Lo de irónicamente se debe a que los filmes de Meyer siempre han sido tachados de sexistas, por su abundancia de mujeres abundantes y su obsesión de mostrarlas bien en pelotas. Y bué, así son las mujeres, che…

russ4A medida que fue avanzando, su personal desarrollo del lenguaje cinematográfico se fue acentuando, hasta llegar a un uso tan ajustado de las cuestiones técnicas que se puede reconocer algunos de sus filmes por su impronta personal. Uno de los recursos que más utiliza es el montaje ideológico, intercalando planos de animales o detalles de lenguas salivantes en medio de secuencias que aparentan no tener relación, dejando libre el camino de la interpretación para el espectador.
Yendo y viniendo entre un estilo y otro, realiza dos películas más, bien distintas entre sí, Mondo Topless y Common Law Cabin, una, en plan documental, muestra una buena cantidad de mujeres en topless bailando y hablando de sí mismas, mientras que la otra, en plan ficción, sigue a un dramático triángulo amoroso en los pantanos sureños.
Las peleas con los distintos sectores mas puritanos nunca cesaron: aún hoy permanece secuestrada una copia de la película Mudhoney, en la ciudad de Long, en Texas, donde le exigieron a Meyer que la reconozca como pornográfica y obscena, a lo que él se negó hasta el fin de sus días, siguiendo fiel a sus principios.
El cambio de década le trae una hermosa sorpresa, ya que lo llaman de Hollywood: un gran estudio lo quiere detrás de las cámaras. Así es como realiza sus dos películas mainstream, Beyond the Valley of the Dolls y The Seven Minutes. La segunda no tuvo mucho éxito, pero la primera lo terminó de lanzar al estrellato. Un estrellato reducidísimo, pero que le sirvió para terminar de cerrar su condición de autor. Tras trabar una amistad con el hoy famoso crítico Roger Ebert, se sientan a escribir el guión que los llevará a esta gran superproducción para la Fox. Sin relación con la novela El valle de las muñecas, ni con su adaptación fílmica, la película de Meyer sigue a una banda integrada por mujeres y sus intentos por llegar a la fama. Con música de The Carrie Nations, este film fue descrito como el “primer musical camp de explotation”. La carrera de Meyer nunca volvería a tener un éxito como este. Sin embargo, al día de hoy, la Fox se muestra reticente en cuanto a la exhibición y la distribución de Beyond… Caretas.
De allí en más, Meyer dirigió unas 5 ó 6 películas más, de las cuales vale la pena destacar SuperVixens y Up! (también conocida en algunos países como Megavixens), ambas poseedores de una frescura y un desparpajo incomparables. A fines de los ’90, de la mano de Playboy, participó en un par de videos poco interesantes, con falsas tetonas contoneándose frente a cámaras de video, productos menores y de poca calidad, sólo interesantes para completistas. Y para masturbadores compulsivos, por supuesto. Quedaron pendientes Beyond the Valley of Pulp A Go-Go, en la cual pretendía agrupar varias escenas de sus filmes y sumarles algunas sesiones fotográficas con modelos, y The Bra of God, un guión coescrito con Roger Ebert, dos obras inconclusas que sin dudas hubieran dado qué hablar.
La filmografía de Meyer es tan interesante como difícil de conseguir, si no es a través de la compra directa, orquestada a través de RM Films, su distribuidora.
Recomendamos fuertemente que no se pierdan las películas arriba detalladas, son la prueba más fuerte de la autenticidad y la personalidad de un cineasta incomparable, tan original y trasgresor que no parece ser estadounidense. En su personal universo se pueden encontrar desde tetas y culos que hablan hasta dictadores sadomasoquistas, indicios de que su realizador era un hombre gracioso, consciente de sus herramientas, de su voz propia y de la cultura pop. La alegría de sus films recuerda a ciertos elementos de Tex Avery, logrando la caricaturización de sus protagonistas, gracias a unos trabajos de cámara y edición tan excitantes como las siluetas de sus protagonistas femeninas.
El mundo es, sin duda, un poco más triste sin Russ dando vueltas. ¡Ya te extrañamos, viejo!

russ2Su filmografía:
1950 – The French Peep Show
1959 – The Immoral Mr. Teas
1959 – This is My Body
1960 – Eve and the Handyman
1960 – Naked Camera
1961 – Erotica
1962 – Wild Gals of the Naked West
1963 – Europe in the Raw
1963 – Heavenly Bodies!
1963 – Skyscrapers and Brassieres
1964 – Lorna
1964 – Fanny Hill
1965 – Mudhoney
1965 – Motorpsycho
1966 – Faster Pussycat, Kill! Kill!
1966 – Mondo Topless
1967 – Common Law Cabin
1967 – Good Morning…and Goodbye!
1968 – Finders Keepers, Lovers Weepers!
1968 – Vixen
1969 – Cherry, Harry and Raquel
1970 – Beyond the Valley of the Dolls
1971 – The Seven Minutes
1972 – Blacksnake
1975 – SuperVixens
1976 – Up! / Megavixens
1978 – Who Killed Bambi? (incompleta)
1979 – Beneath the Valley of the Ultravixens
1998 – The Breast of Russ Meyer
Inconclusas:
Beyond the Valley of Pulp A Go-Go
The Bra of God

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