Opus, Mariano Donoso.
Por razones del dispositivo de seguridad interno jamás hubiera ido a ver esta película sin al menos tres recomendaciones provenientes de tres distintas personas provenientes de tres distintos círculos sociales y preferentemente con distintas edades. El tema de la película es la imposibilidad de hacer una película por un director novel, dirigida por un director novel que así pudo hacer su película. No. No hubiera entrado pero resultó que la otra película que quería ver era demasiado larga y perdería mi cita con el abogado que está siguiendo el caso del robo de mi bicibleta mientras veía películas malas. Lo que demuestra que la cuestión de la duración de una película no es solo un tema subjetivo, una película puede ser larga porque sino perdés la cita con el dentista o con la mujer que te puede cambiar la vida. Como era corta entré a ver Opus y fuí premiado. Las películas de este género pueden virar hacia películas pretendidamente existenciales que enmascaran una absoluta falta de ideas y la sola idea de querer filmar (o escribir un libro). La otra posibilidad es la de hacerce el banana por creerse muy capaz de hacer una película pero en verdad fingir no poder. Puede ser peor. Para colmo después de Kiarostami que hizo de la imposibilidad su poética cualquiera cree poder hacerlo. Bueno, esas eran mis razones para no entrar, por suerte el director eligio la tercera vía de la honestidad, el realismo y la inteligencia. Opus es una película de ficción cuyo acontecimientos son estrictamente reales, o, un documental que se ficcionaliza a sí mismo pero por un extraño giro se vuelvo también un documento. Lo que sea, Opus es una comedia a fin de cuentas porque provoca risa, divierte y es catártica. Esto último es notable acostumbrado al tango llorón y autocomplaciente como estamos. Hay una atención especial al aspecto comunicacional y visual de la ciudad de San Juan de donde le director es oriundo. Los que conocen el proyecto cartele (www.cartele.com) lo van a disfrutar. El film tiene también fuentes literarias y cada segmento está organizado como el capítulo de un libro precedido por una cita; la mayoría más que oportunas y reveladoras, incluso parecen ser las citas de alguién que ha leído, eso tampoco lo sabemos con seguridad. Retratar la Argentina siempre es fácil, complicado y doloroso a la vez. La cuestión es conseguir un punto de vista, que es al mismo tiempo conseguir un lugar también. Donoso por momentos es un nanni moretti (o ese israelí tan inteligente que no recuerdo el nombre) en ciernes; y puede hacerlo poniendo en juego un dispositivo antinarcisista que hace tolerable y disfrutable esta apuesta. Que el film terminé con imágenes de su propio casamiento es notable. Las imágenes podrían ser las de Silvia Prieto pero al ser las propias el lugar del irónico intocable cae inmediatamente y reímos con él. Habrá que ver que quedará de ello una vez que le fue bien y finalmente hizo su primer film. Pero bueno, el problema del segundo film ya es otra historia.
Dj malhumor.