De cajas de mudanza, celulares al río, teclados y pantallas, cigarrillos: Me and you and everyone we know, de Miranda July y cuatro más

Resumen de lo visto ayer jueves 13. Son varias cosas y se mezclan. Dos orientales, una rusa, una argentina, una americana. Y en todas, como siempre, gente que busca gente, gente que sólo necesita amor, gente que engaña a gente.
Es un lugar común que las situaciones más estresantes de la vida son la muerte, las separaciones y las mudanzas, en ese orden. Un poco de todo eso hay en estas pelis. Muerte, no tanto. Separaciones, sí: las dos orientales –Reflections y The cat leaves home– (y otra vez me pregunto por qué su nombre es en inglés si venían en taiwanés y japonés respectivamente) cuentan, cada una a su modo, triángulos amorosos donde dos chicas pasan por el mismo chico. Y, en los dos casos, las chicas tiran sus celulares al río, en un caso por furia de chica engañada, en otro caso casi por accidente, una manera estúpida de decir adiós. En fin. En todo caso, podemos asegurar que a los orientales les sobran los celulares. De lejos. Y se mudan: en general las mudanzas son consecuencia de las separaciones. Chica que vive con otra chica pero que después se va a vivir con chico y llega la otra chica y… Y todos fuman mucho.
Otros que fuman mucho son María y Juan, los que no se conocen y simpatizan, tal como dice David Bisbano, uno que suena como David Bisbal. Le tengo un poco de bronca a este Bisbal, que se las arregló para arruinar una idea sencillita y prístina, la del romance por internet. Lo convirtió en una película irritante acerca de gente tonta que vive desencuentros tontos por equivocarse de esquina o de color de remera. Si bien tiene sus hallazgos chiquitos, como la anécdota del ascensor y la escalera y la geografía dislocada de Buenos Aires, en general no alcanza los objetivos. O quizás la expectativa era mucha. El problema son siempre las expectativas.
Dejo para el final la frutillita de ayer, la única que puedo recomendar con confianza: Me and you and everyone we know, de Miranda July. Qué va cer, a la larga nadie lo hace tan bien como los americanos, por independientes que sean. Miranda July es escritora y guionista y da la casualidad de que hace menos de un mes leí un cuento de ella, muy bueno por cierto. Además es actriz, y protagoniza su propia peli. Además es linda, y sensible y fuerte. En su peli hay separación seguida de mudanza con cajas de cartón, igual que en The cat, y si bien no hay cigarrillos sí hay fuego, del que quema, y hay muchas y muy conmovedoras pantallas. Chicos pegados a pantallas, chicos que hablan y dibujan porno, chicos que dibujan en aski, videoarte, celulares. Y también hay muerte. La secuencia del pececito en la autopista, al comienzo, es una buena muestra de lo que se puede esperar de la película: sensibilidad con humor. Justo lo que queríamos. Si con esto no los convencí, puedo decir que en algo que no sé qué es me recordó a Punch Drunk Love.

Marcela Basch

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1 Lectores Comentaron

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  1. Intrínseco on 24 abril, 2006
    Me mató la escena del chat y el "hacer popó ida y vuelta".

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