Corea en Mar del Plata: Tony Rayns, the-not-so-distant-observer de Seo Won-tae
Tony Rayns, the-not-so-distant-observer de Seo Won-tae 

Tony Rayns es el crítico cinematográfico con mayor conocimiento sobre cine oriental en todo el mundo. Desde su visita por primera a vez a Corea, en 1988, la relación de Rayns con el cine de este país fue tan estrecha, que es imposible pensar en la relevancia de esta cinematografía sin su tarea crítica y de difusión. Como bien lo aseveran en este documental directores de la talla de Hong Sang Soo, Lee Chang Dong y Jang Sun-Woo (a quien Tony Rayns le dedicó su única -hasta ahora- incursión en el cine, el documental The Jang Sun-Woo Variations, 2001). El amor a una cinematografía, pero también el amor a un pueblo y a sus lugares, mostrado a través de la visita de Rayns a sus hoteles, restaurantes y bares favoritos. Si escribir de cine, es también hacerlo -como alguna vez dijera Jean Luc-Godard-, Tony Rayns es también un gran cineasta y su vida, una verdadera historia del cine.

¿Cómo nació esta película? 
El verano último se contactó conmigo Kwon Jae-hyun (de quien nació este proyecto), para que yo asumiera la dirección. En el año 2012 se cumplían veinticinco años desde que Tony Rayns comenzara a presentar a los directores coreanos y sus películas en los principales festivales de cine del mundo. La idea era dejar asentado un registro.
De hecho, Kwon trabajó como asistente de dirección en The Jang Sun-Woo Variations, dirigida por el propio Tony, y la amistad entre ambos se mantuvo a lo largo del tiempo. En mi caso, mi primer largometraje, Synching Blue, fue seleccionado para la sección Dragons and Tigers del Festival Internacional de Vancouver; con Tony como programador. Desde ahí hemos estado en contacto. Antes de eso, dos cortos experimentales míos fueron invitados al Image Forum, en Japón. Si no me equivoco, esa programación también estuvo a cargo de Tony. Con Kwon nos conocimos a través de Tony, y el proyecto surgió a partir de una sugerencia personal de Kwon. El documental fue estrenado dentro de la sección Wide Angle del Festival Internacional de Cine de Busan, y el programador la describió como “una película que le envía el cine coreano a Tony Rayns, como una de esas cartas donde todos le dedican un mensaje a una persona”. Es, de alguna manera, una carta de agradecimiento para Tony, o un regalo para homenajearlo.

¿Por qué un documental sobre un crítico de cine? 
La película es un registro de la vida cotidiana de “un crítico de cine llamado Tony Rayns”. La figura de Tony no es atractiva como tema para una película por su profesión, sino por su apoyo al cine asiático (incluyendo el coreano), y su extensa trayectoria como programador. Como crítico, se dedicó con mucha pasión a descubrir películas coreanas, presentarlas en diferentes festivales, comentarlas y apoyarlas durante los últimos veinticinco años. Es un caso único, según creo, y justamente fueron estos aspectos los que nos interesaron a Kwon y a mí como tema, y decidimos dejar un humilde “registro”.

Godard dijo que escribir sobre cine era también hacer películas, ¿estás de acuerdo? 
Claro. Escribir sobre cine obviamente tiene una relación importante con hacer cine. Pero creo que en el entorno mediático y cultural contemporáneo, escribir sobre cine ha tomado otras características. Recuerdo lo que dijo Tony este año en una charla acerca del cine coreano, era una observación sobre “el valor y el significado de una época en la que las revistas de cine como Cine 21 lideraban no sólo el área correspondiente, sino también diferentes áreas de la sociedad como la cultura y la política”. En el contexto actual, escribir sobre cine ha dejado de ser un campo restringido a especialistas y el cine perdió su lugar como centro de la producción cultural. Las bases de la escritura se han extendido y diversificado gracias al desarrollo de internet y los dispositivos móviles; y los diferentes medios culturales y artísticos como la televisión, los juegos electrónicos, las exposiciones y los conciertos, se han consolidado equilibradamente con nichos propios. Por lo tanto, creo que escribir sobre cine también se ha visto afectado por el cambio que experimentó este campo dentro de los medios.

¿Lees crítica de cine? ¿Cómo afecta la crítica en la realización de tus películas?
Tengo una posición algo neutral en cuanto a la relación entre la crítica y el cine. Pienso que el público que va al cine ha alcanzado una madurez considerable. La capacidad de interpretación que tiene el espectador sobre el texto que ofrecen las películas convencionales es muy alta. Por eso creo que en este momento no es mucho el peso que puede ejercer la crítica especializada, tanto en los lectores (sean público en general o personas vinculadas al cine), como en la cultura cinematográfica. Pero en lo que se refiere a las películas experimentales y alternativas, la crítica sigue teniendo un rol positivo entre el productor de la crítica, los lectores y el texto cinematográfico. El descubrimiento de nuevos directores y el apoyo hacia ellos llevados a cabo por Tony Rayns son buenos ejemplos.

¿Pensaste alguna vez en dedicarte a la crítica?
No, soy un mal escritor, y viéndolo desde el mero punto de vista de la diversión, me interesa más hacer películas que escribir sobre ellas.

¿Cuáles son tus influencias?
Me interesa todo lo que sea arte visual; me estimulan diferentes géneros artísticos, como la pintura, la escultura, la fotografía, el cine o los conciertos. En estos siete años mi trabajo se basó fundamentalmente en el cine experimental. Tal vez no tenga mucho sentido la división meramente formal entre cine de ficción, cine documental y cine experimental. Sin embargo, desde el punto de vista general del género cinematográfico, mi interés por las películas que pertenecen al cine experimental se debe, probablemente, a mi interés por las diferentes artes visuales.

¿En qué proyecto estás trabajando ahora?
Estoy trabajando en una historia sobre jóvenes que viven en una pequeña ciudad del interior. Actualmente vivo en una ciudad con estas características. Por momentos me siento culturalmente ajeno, pero en general es interesante. Las cosas pueden ser más lentas y aburridas si las comparamos con Seúl, pero son justamente estos contrastes los que me estimulan.


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