En Romance Joe, las líneas narrativas se cruzan y acumulan hasta el infinito de intrincadas maneras, pero siempre con el deseo y la necesidad de ficción como motor narrativo, y una confianza absoluta en la inteligencia del espectador.
Si la cantidad de historias es finita y ya todas fueron contadas, Romance Joe demuestra que el cine puede volver a revitalizarlas usando herramientas que le son únicas.
Un amigo tiene una banda de música under donde cada uno de los miembros tiene un apodo. Este amigo se llama Romance Joe, el otro Dark Park y el tercero Dry Kim. Me encontré con él cuando estaba escribiendo el guión y algo instintivo me dijo que ese sería el título. Obvio que no le pagué nada en concepto de derechos de autor, pero al menos me dio el permiso (risas). Vio la película en el Festival de Cine Independiente de Seúl y le impresionó mucho que otras personas mencionaran su apodo.
¿Pensaste utilizar desde el comienzo el formato de capítulos?
Sí. Quise intentar una aproximación estructural. Fue algo que se me ocurrió luego de ver casualmente la obra Drawing Hands, del artista holandés M. C. Escher.
¿Por qué una aproximación así?
No me interesa mucho el tema de la imagen. Lo que más quiero es ser un narrador divertido. Si la historia es entretenida, cualquier cosa narrada va a ser divertida, sin importar la imagen utilizada. Es decir, mi prioridad no está en la imagen, sino en la historia en sí. Luego, claro está, pienso en una estructura para optimizar el relato.
Por momentos la muerte de la actriz famosa parece ser lo más importante, pero por otros, un MacGuffin. ¿Es una metáfora del “rumor” que es el tema principal de la película?
Así es. El rumor es algo como un fantasma. En el rodaje me dijeron que la actriz debería aparecer alguna vez en la película. Pero el rumor es algo que va deambulando de aquí para allá y no era necesario mostrarla a ella.
Es el reflejo de mi anhelo por vivir como un creador de historias, desde que me dedico a hacer películas. Además, quise que los personajes estuvieran todos desesperados por una historia. El muchacho que busca a su madre necesita una historia sobre ella; Cho-hui (Lee Chae-eun) está intrigada por saber dónde y en qué anda Romance Joe; la empleada del bar (Shin Dong-mi) precisa historias para “seducir” a los clientes, y Romance Joe se suicida porque ya no se le ocurre ninguna historia.
Que era tierna, le gustó el final. Se acercó y chocamos las manos en el aire. Hong no es de preocuparse por las andanzas de sus ex asistentes, así que el gesto de venir y chocar las manos dice mucho.