Los números puestos, esas películas que todo el mundo desespera por ver, no suelen ser lo mejor de los festivales. Esta peli parece ser la excepción a la regla: es profunda y absolutamente divertida. Por supuesto, sí es un poco snob, ya que basa la mitad de su eficacia en la suposición de que el público conoce -y reconoce- a los actores. Los actores, que despliegan algo así como sketchs, son ideales para animar cualquier fiesta: Iggy Pop versus Tom Waits, Alfred Molina versus Steve Coogan (absolutamente hilarante), Cate Blanchett versus ella misma, y apariciones estelares de Steve Buscemi, Bill Murray y unos cuantos de los que me debo estar olvidando. Todos reuniditos con la excusa del café y los cigarrillos. Altamente recomendable.