Es invierno en Livingston, Montana, un escenario que es coprotagonista en las tres historias con las que Kelly Reichardt vuelve a conquistar a los que quedamos fascinados con sus primeros trabajos. Suspenso incómodo en el comienzo, una historia simple (en apariencia) después, una tristeza desoladora en el cierre.
Laura Dern es una abogada que no puede convencer a su cliente que el caso está perdido.
Michelle Williams ya hace papeles de madre de adolescente, y eso me pegó tanto como la mirada en la que imagina su nueva casa. Que bien que mira Michelle Williams, que bien que la mira Kelly Reichardt.
Kristen Stewart también es abogada, pero recién recibida, y conquista sin darse cuenta a una cuidadora de caballos. O quizás solo la encandila porque la saca de su rutina, y al mismo tiempo le da una nueva, ir a ver como da un curso que no puede ser más aburrido.
La mirada de Reichardt le aplica a estas mujeres el filtro de melancolía que ya le conocíamos, pero también les otorga fortaleza y a la vez vulnerabilidad y nosotros nos quedamos de seguir viendo más de estas historias.