Primavera, verano, otoño, invierno; Kim Ki-duk

Kim Ki-duk por razón de sus películas anteriores (que pudimos disfrutar en otros festivales) y porque su nombre, dentro de todo lo coreano que puede ser, es bastante recordable, tiene bastante fans entre nosotros. Sádico, loco y melodramático, es como un Miike un poco más serio. La más recordable seguramente es La Isla y esa última que trata de un carnicero de perros (posta) que vive cerca de una base militar norteamericana. Su tema o preocupación podría ser la animalidad en nosotros, cosa que el coreano se toma casi siempre literalmente y de allí su sadismo. Todo con talento y originalidad, lo que a veces lo llevaba a cosas intragables para el público o, digamos, desparejas (en especial el melodramatismo o algúna que otra malipulación emocional). Le teníamos fe y entonces, como cuando venís siguiendo a un grupo que te gusta mucho, llega el disco de madurez y Kim Ki-duk se despacha con un poema zen, maduro, gracioso, entretenido y honesto, es decir, una gran peli.

Maestro de las locaciones aquí también el escenario es uno de los personajes (en las montañas un valle, en ese valle un pequeño lago, en el centro del pequeño lago un pequeño templo budista con un solo monje y su pequeño dicipulo). La naturaleza también lo es, que ya desde el título es el tema, por último, perdido en esa naturaleza el hombre. Como para que no te sientas claustrofóbico digo que cada estación no es la estación de una año particular, sino una de las edades del hombre así que el tema y la trama es extenso como la vida misma. Por el talento de este director esta no es una sorpresa del todo, pero bueno, no esperes animalitos muertos. El que sí hizo una película a lo Kim Ki-duk es el director de la siguiente película.

Symphaty for Mr. Vengeance, Park Chan-wook

Ya te venimos avisando que respetes a los amigos del supermercado coreano porque te pueden reventar la cabeza (con buenas películas o con un bate de béisbol). Todo el melodrama que produce locura y furia asesina y reacciones sádicas que no vimos en la anterior está aquí. El amigo Migraña se durmió pero en honor a la verdad debo decir que también se durmió en la de Kitano (lo siento Migraña, soy tu amigo pero soy más amigo de la verdad, ji ji). La violencia estalla como estalla la venganza en un film plagado de desgracias que producen una risa entre nerviosa y burlona. Hay que recordar que este es el cine comercial coreano, éxito de taquilla que lo es sin héroes (la moral del film es tan ambigua que nadie puede tomar ese lugar), sin concesiones a los dueños conservadores de los estudios (el público es siempre mucho más sacado y quiere más) y siempre repletos de ideas, cinematográficas y de las otras. Es verdad que la trama tarda en llegar (aunque deberíamos decir que desde hace un tiempo estos tipos vienen cambiando las reglas de cómo se construye una tal trama) y eso pesa cuando pasó la medianoche. Pero hacé el esfuerzo macho que vale la pena!

Dj Malhumor.

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