Faltos de verdaderas aventuras y encuentros que nos lleven de una fiesta a otra seguimos las pistas de vidas ajenas como si esas vidas fueran nuestras quise decir, pero me quedé callado. Ahora no recuerdo bien si lo que siguió vino antes o después. Sí recuerdo que la tristeza me perduró unos cuantos días. Es exagerado y no fue así, claro. Pero de a ratos se me aparecía su rostro abatido, el cansancio del personaje. Tal era la amargura cuando terminamos de ver Mistify que sentí la necesidad de buscar de inmediato otro documental dónde encontrar algo dónde recién no habíamos encontrado nada. Descubrir algo había sido la intención inicial de ver el documental de INXS después de todo. Ver, sí aparte de los recuerdos de nuestra adolescencia, había algo más. No había algo más. No había un talento desbordante, ni la admiración de los colegas ni un legado para generaciones. Ni siquiera la alegría de inventar canciones. Había insatisfacción. Había una historia muy triste donde podría haber habido otra cosa. La vida misma, claro. Sin la parte de ser el muchachito de la película. El muchachito australiano que triunfa en el mundo y que en el final es apaleado por los ingleses. Creo que él también pensó que había algo más. Pero no había más. Y se tiró a una pileta vacía.
Eran días otoñales con una tristeza en el aire hay que decirlo. Las calles vacías, los negocios con las persianas bajas, los nervios en las familias, las peleas con amigos. En vez de vivirlo con alegría empezó a buscarle la quinta pata al gato. Todos queremos ser otra cosa parece. La modelo que quiere que la tomen por intelectual mientras muestra el culo. Ma di qualcosa de sinistra mi amiga diría Nanni Moretti. ¿Pero fue solo eso? Seguro que no. Mayra empezó a decir que el pibe era una bomba y seguro que me molestó, claro. Kylie Minogue diciendo, ¨era tan intelectual, leía libros¨. Envidia. Me puse a ver el documental de Mick Rock entonces. El fotógrafo que hizo la foto de Raw Power (cosa que descubrí en ese momento). Con eso para mi bastaba y sobraba; todavía no puedo creer de que fue alguien de carne y hueso quien tomó la foto y no que fue simplemente una aparición. Porque esa foto de Iggy Pop es una presencia. Recuerdo haber tenido el vinilo en mis manos en una disquería que estaba en un primer piso por el microcentro. Una epifanía sí. Lo sagrado en lo profano. Después, años después vi el primer show de Iggy en Obras y todavía estoy temblando. Dicen que si todo el mundo que dice que estuvo en Obras esa noche estuvo de verdad en Obras había 50000 personas. Pero yo estuve. Tenía 18 años. Y años después vi a INXS en River. Creo que fue el mismo día de Prince. U otro grande grande. INXS era esa banda que le gustaba a todo el mundo. O que toleraba todo el mundo mejor dicho. Era un poco de rock entre tanto tecladito. Era el punto en común de gustos encontrados. Si estabas en alguna fiesta con música muy mala sabías que al menos iba haber un par de temas de Kick y entonces ibas a bailar aunque sea una. Pertenecí la mayoría de mi vida a esa clase horrible de hombre que solo baila música que le gusta. Podría ser entendible si no fuera que lo decía como si esa clase de nabos perteneciéramos a una aristocracia del buen gusto. El tema es que Mick Rock (se llama así de verdad) no solo hizo la tapa de Raw Power sino de varios discos de Lou Reed y Queen y Blondie y Talking Heads y varias de las fotos más icónicas de Bowie entre mil cosas más. El tipo era un adicto incurable pero tenía un ojo increíble y aunque no tenía un peso le pasaban cosas como la siguiente: Me llamó Bowie para ver si quería ir con él a Berlín lo que era muy pero muy interesante, pero al mismo tiempo me llamó Lou para invitarme a New York lo que era irresistible. La pura aceptación del Karma en un lado. La resistencia en el otro. Como las Vidas Paralelas de Plutarco. El asunto es que había visto una tristeza infinita en los ojos de Hutchence, como un perro apaleado, sorprendido por lo que le estaba pasando y al mismo tiempo sabiendo que junto con el don del éxito inimaginable le había venído la muerte joven. No estaba en él en convertirse en un rockero viejo de pelo blanco.
Viene de crónica anterior.
