Inside Llewyn Davis está libremente basada en la vida de Dave Van Ronk, cantante de la movida de música folk en la New York de los 60. Los Coen recrean aquella época de una manera increíble y por momentos emotiva, algo extraño en su cine. Pero como siempre, la insistencia en esa mirada irónica que siempre está por encima de lo que se cuenta, termina haciendo naufragar una historia a la que simplemente había que acompañar con respeto, algo de cariño, y no arruinarla tomando decisiones arbitrarias desde el guión (como la de poner por delante de los personajes la historia de un huidizo gato que, lamentablemente, hace las delicias del público).
Los momentos musicales de la película, en donde se escuchan las canciones interpretadas por el elenco, y con el siempre grande de T.Bone Burnett por detrás de todo son, por lejos, lo mejor de todo el asunto. Esto junto a la interpretación de un desconocido llamado Oscar Isaac y la fotografía del cotizado Bruno Delbonnel. Los melancólicos viajes en auto en los que se atraviesa una fría Norteamérica, demuestran lo que pudo haber sido esta película que termina, segundos antes de que ese huracán llamado Bob Dylan arrase con todo. Otro cuento triste que demuestra que a la historia no sólo la escriben los que ganan, y otra película de los Cohen arruinada por el mismo problema: los mismos hermanos Coen. Y que termina comprobando -una vez más- que a El gran Lebowsky la dirigió el mismo The Dude.
Marcelo Alderete
Foto: Cecilia Barrionuevo
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