La vida después de Dios, por Marcela Basch. Fotos de Sol Sánchez
Muchas personas distintas se refieren a él como el mejor bajista de la Argentina. Tomás Nochteff –en adelante, Nochteff a secas– supo ser durante una década el bajista de Dios, la indefinible banda punk sin guitarras que trajinó los escenarios presentando siempre el anti rock nacional. En 2001, quizás el año indicado, la banda llegó a su apogeo de público, grabó un disco y se desintegró en el aire, dejando a mucha gente con ganas de más. Hoy Nochteff está de vuelta y, otra vez, sorprende. Muchas personas distintas ubican a su disco de “banda de rock de una sola persona”, Le beat juste, entre lo más innovador que se escuchó por estas tierras en 2004. Sus siete canciones son intensas y todas distintas entre sí, desde el punk-canción que abre el disco, Mil pensamientos, hasta extremos francamente noise o más allá, con ruidos de la calle, del subte, del mundo. Habrá que creerle a Nochteff cuando se define como “una antena”. Una antena con ganas, aparentemente, de retransmitir: todavía antes de prender el grabador, Nochteff arranca. Y a ver quién lo calla ahora.
El disco
“El disco lo grabé en quince días, con Fernando Lamas, acá en Buenos Aires. Lo terminé el 10 de mayo, lo edité y me lo llevé a Barcelona. Pero lo grabé casi todo en mi casa, así, en una mañana. Fui a una fiesta, volví y grabé cinco temas. Después un par más los grabé en otro lado. Después todo eso lo metimos en una computadora y lo mezclamos. Salió así en dos días, una locura todo. Decimos que es un disco instantáneo, porque el arte también lo hicimos así en quince días. Un disco instantáneo, como las sopas instantáneas”.
El cluster
“Acá no hay una banda; la banda soy yo. Más que un disco solista, yo creo que es una banda de rocanrol de una sola persona. Eso es como lo defino yo: es una banda de rocanrol que soy yo. Y bueno, tengo invitados, que también forman parte. O sea, gente, hay gente con la que yo colaboro; estamos en distintos proyectos, en distintos lugares, que por ahí no tienen vida pública. Pero es vida, ¿no? Personas afines, que nos llevamos bien, que tenemos una relación biológica, psíquica, tecnológica. Son muy pocos: Floxon y Alejandro, de Travesti, Fernando Lamas, y alguna gente más, que por ahí no tocan ni hacen ninguna actividad artística, pero son parte del cluster, como decimos. Nos parece que no podríamos estar con otras personas, prácticamente. Nos conocimos por los grupos que teníamos y por las cosas que hacíamos, y eso nos llevó a juntarnos y a ser un grupo de colaboradores. Tampoco pasa por tocar, es como una influencia constante, un trabajo que tenemos. Por ejemplo, uno de los temas lo hicimos con un chico que se llama Jorge, que ahora es pintor y vive en Alemania”.
Dios está muerto
“Con Dios estuvimos mucho tiempo tocando sin que nadie nos diera pelota y después cuando nos dieron bola nos separamos. Entonces supongo que poca gente nos vio y mucha otra gente estaba interesada en vernos. Sacamos un disco y a los cuatro meses nos separamos. Para mí hicimos lo que teníamos que hacer y nos separamos cuando nos teníamos que separar; si el resto de la gente no supo verlo… no sé. Lo lamento, por mí, más que nada, pero bueno… Nosotros estábamos en contra de todo, y eso lo pagamos con el ostracismo. Estábamos en contra del rock y de toda la cultura política y de toda la cultura de lo que sea, de todo lo que nos rodeaba. Y no es que estábamos en contra porque estábamos mal, sino porque hacíamos todo de otra manera; y no es que hacíamos todo de otra manera para hacer las cosas al revés, sino que teníamos una forma de ser completamente diferente, y no nos sentíamos para nada bien con todo lo que nos rodeaba. Un montón de gente nos conoció en su momento y nos entendió mucho tiempo después, y cuando nos entendió ya era demasiado tarde. O sea, no era que no tuviéramos más cosas que hacer, sino que no nos aguantábamos más. Me parece que fuimos el anti rock de los noventa argentinos, pero no por ser una banda de los ochenta o de los setenta sino porque lo que para nosotros era el presente para los demás era otra cosa; y lo que para los demás era el presente, para nosotros era el pasado y era un invento”.
Nosotros estábamos en contra de todo, y eso lo pagamos con el ostracismo. Estábamos en contra del rock y de toda la cultura política y de toda la cultura de lo que sea, de todo lo que nos rodeaba.
Are you experienced?
“La música no es importante, el rock es una experiencia. La música es nada más que una parte de esa experiencia. Digo esto siendo músico. Lo más importante es la comunicación real en el momento real. Y eso también es el rocanrol. El rocanrol es lo más grande que hay por eso. Lo que yo llamo rocanrol; para mí rocanrol es Lou Reed, por decir un nombre. A mí el nombre no me interesa… no quiero explicarme. Yo sé lo que es, y con eso a mí me basta. Y yo sé en donde no estamos y en donde nunca vamos a estar, porque… porque cuando estemos ahí va a ser diferente, ¿entendés? En el momento en que nosotros estemos ahí, ya no va a ser lo mismo ese lugar.
Por ejemplo, Dios era un grupo que no tenía guitarra. Pero tampoco era un grupo dance. Era un grupo que vos no podías entender desde ninguna información previa. Y ese es el problema: la gente trata de entender las cosas desde la información que ya tiene. Frente a cualquier cosa, la única manera de entender es acercarte, es dejarte violar por eso. Pero si vos no te dejás, si vos estás ahí chequeando con tu biblioteca a qué corresponde lo que está pasando… bueno, lo que pasaba con Dios era que no correspondía a nada que vos conocieras o si correspondía a algo que vos conocías, no te interesaba. Nosotros hacíamos punk rock, pero para mí el punk rock no es el punk rock. A mí los Sex Pistols me cambiaron la vida, o la Velvet Underground, o Pil. Pero eso, reducido a una fórmula, no me interesa tampoco. ¿Cómo te enfrentabas a algo que se suponía que era punk pero no tenía melodía de voz, no tenía guitarra? Nosotros tratábamos de convertir eso en experiencia, lo más intensa posible para nosotros, y de comunicar, comunicar un montón de cosas.
Ahora, cuando toco con Travesti, el momento cambia completamente según el escenario. Porque nosotros siempre vamos a la comunicación real, instantánea. No llevamos un espectáculo. Somos una experiencia, vamos nosotros, estamos ahí; nosotros y la gente que está alrededor nuestro, el lugar y lo que pasa con eso. Para mí el rocanrol no es reproducir lo que hacés en la sala de ensayo. Es una experiencia, no un espectáculo, y lo es primero para mí: yo quiero vivirla”.
Desadaptándonos
“Un enfrentamiento con lo que se supone que es real, lo que se supone que está bien…. Eso es el rock, ¿no? abrir todo, la moral, todo. Se trata de extender los límites de lo que se supone que es lo correcto o lo posible, también. Yo no digo que voy a hacer todo lo contrario; yo digo voy a ser yo, nada más. Lo que pasa es que las imágenes que tenemos de lo que tiene que ser son irreales, son abstracciones; pero en realidad nosotros somos completamente concretos. Los sueños son totalmente concretos; la actividad psíquica innombrable es totalmente concreta. Lo que pasa es que sólo podemos expresar lo que podemos decir. Pero para eso están otro tipo de experiencias, como puede ser el rocanrol. El rocanrol es la demostración de cómo los desadaptados hacen arte, y no digo inadaptados sino desaptados, la gente que se desadapta. Eso lo decía John Cale: que Velvet Underground era la muestra de cómo los desadaptados sociales hacían arte”.
Interludio
La hermana de Nochteff llega de la calle.
Nochteff: ¿Aprobaste?
la hermana: Sí.
Nochteff: Muy bien. Te dejé una milanesa en el horno, cuidala.
Bajo
“Me acuerdo: a los diecinueve años un amigo me regaló un bajo, en realidad me pagó una deuda con su bajo, y hice una base. La tengo todavía por ahí dando vueltas, nunca la usé todavía. No sabía cómo se componía una canción, ni me importa. Igual siempre supe que quería tocar; antes cantaba en una banda… Después lo conocí a Pedro y armamos Dios porque a mí me parecía que lo que él hacía era lo máximo. Yo lo escuché y no lo podía creer. A mí me parece el mejor poeta de su generación, directamente. Me parece que es como Lou Reed o Morrissey, un poeta urbano, así, increíble.”
Un artista del caos
“Yo hago cutups, collages; pero tiene más que ver con una experiencia para mí que con un intento de decir algo. En realidad trato de que salgan cosas. Choque de palabras. No me estoy expresando yo. Yo lo llamaría como una expresión suprapersonal, de algo que trasciende a la personalidad.
-Me hace pensar en Dios. Algo que está por arriba.
Sí, por arriba de tu personalidad. Porque la personalidad es una parte muy chiquita de lo que vos sos. Me parece que es una construcción. Vos sos un montón de carne… una máquina. Y eso también se puede expresar. Lo que vos llamás yo, lo que yo llamo yo… En realidad no sabemos dónde terminamos; por ahí yo no soy sino que soy parte de otra cosa. Yo creo que hacer cutups o poemas automáticos es una actividad esotérica, como tirarse el I Ching. Es información que está ahí, en el mundo. El problema es que todos tratamos de canalizarla todo el tiempo, y al canalizarla la desvirtuamos. Pero si abrís el delirio y aceptás el caos en tu actividad artística, se ven cosas de las cuales no sos consciente. Y muchas veces esas cosas son importantes, son verdades, mucho más importantes que lo que vos llamás tu mundo, que es mucho más pequeño. Yo no trato de expresarme a mí mismo; junto palabras y pasa lo que pasa. Tenemos tanta información que tal vez no necesitamos más. Es como el collage, el collage es el arte punk. Es como el punk rock: si ya está todo hecho, alcanza con patear todo un poco, y ordenarlo de otra manera… No se trata de hacer arte para decir uy, qué artista que soy, mirá esta cosa que hice yo y creé de la nada… un egocentrismo que no sé si es necesario hoy en día. No me siento mucho un artista, aunque sí, soy, es mi trabajo, mi función social. Por ahora no vivo de esto, pero mi trabajo es este; cualquier otra cosa que haga es mi segundo trabajo. Porque yo 24 horas estoy pensando en estas cosas. Es lo que me divierte hacer y es lo único para lo que sirvo. Podíamos haber sido cualquier otra cosa, pero en realidad no lo somos y no lo podíamos haber sido; la única capacidad que tengo yo es hacer esto que hago.”
Mantra
“El trance inducido por la repetición es una forma de trabajo en sí misma. La primera canción que realmente me voló la cabeza absolutamente fue “Tomorrow Never Knows”, de los Beatles, Revolver. Yo era muy chiquito, mi mamá y mi papá lo tenían y yo lo escuchaba. “Tomorrrow Never Knows” es una canción que me reveló los poderes psíquicos de la música. Los poderes curativos, esotéricos casi. Ya no es una canción psicodélica, es psicotrónica. Después, los Beatles todo bien, pero no fueron tan importantes para mí más tarde, en la adolescencia. Ahí me acuerdo de cualquier canción de los Sex Pistols, o de Venus in Furs, de Velvet Underground, cualquier canción de Velvet Underground o de Joy Division también. Las primeras cosas así como tuyas, que adoptás en un momento así y se convierten en tu religión, la religión rock es así.”
Divididos
“Los Sex Pistols no eran lo que te explicaban en la radio que eran los Sex Pistols, ni eso que explicaban en los diarios, ni lo que explicaba absolutamente nadie; los Sex Pistols eran eso que estaba ahí; y vos lo podías interpretar como querías. Me parece que ese era el mensaje de ellos. A mí me pasó eso con Velvet Underground; quizás se pueda dividir al mundo entre la gente a la que le gusta Velvet Underground y la gente que le gustan los Beatles. En realidad creo que ya está dada la división. Lo que pasa cuando escuchás a Velvet Underground o a Sex Pistols te unís, encontrás una voz para eso. Los discos se convierten en tus amigos. Simplemente la gente a veces no tiene con quién hablar ciertas cosas. Es previa la división, ya existe: sos el último de la clase, estás sentado en el último asiento. Y por ahí hay un chico que no siente nada con nada, pero de repente escucha a Motorhead, o, no sé, a Korn… Ahora los chicos escuchan otra música. El rock les da, nos da… eso, una identidad. Y no nos está separando más, sino uniendo.“
Antena
“¿Si siento que influya como artista? No sé… La verdad que no pienso mucho en eso. Todo el mundo influye en la vida de todo el mundo, es medio loco, no sé. Toda la gente tiene poder. Yo no pienso que sea yo, yo, yo, yo… no siento eso. El disco es el disco, yo lo hice, pero no lo hice sólo yo, lo hicieron un montón de cosas. Muchas veces lo miro de afuera; muchas veces hago música para escucharla después y que a mí me haga sentir bien. Muchas veces uso las cosas en las que yo estoy involucrado para acompañarme. Lo disfruto; si no lo disfrutara tendría un problema. La paso bien como con cualquier otro disco; obviamente no la paso tan bien como cuando escucho Velvet Underground. Qué sé yo, uno es más una antena, una cosa así. Yo no siento: esto lo hice yo, y soy yo, y si a vos te emociona es una responsabilidad mía. Lo que a vos te pasa detona en vos, y es algo que yo tomé del aire, estaba ahí. Detonó en vos; igual es lógico que a otra persona lo emocione; a mi tampoco me sorprende, porque a mí me emociona. Yo estoy usando las cosas que detonan en mí, que a mí me provocan algún tipo de emoción, sensación, reacción química, decilo como quieras. Nadie tiene la fórmula de qué reacción química va a provocar una nota o una repetición de notas, pero hay un sexto sentido para eso, y uno está usando esas cosas. Que otro se emocione me parece lo más lógico. Pero no es que yo estoy buscando tampoco emocionarte a vos o a cualquiera; yo busco experiencia, a mí me pasa. Estoy recibiendo y emitiendo todo el tiempo, y en cierto momento lo largo. Y si a cierta persona le provoca algo, no es sorprendente en realidad; es que hice bien mi trabajo.”
Lo que vendrá
“Estuve tocando en Barcelona y las afueras, en Cataluña. En realidad no me quiero ir de acá, pero es una cosa nueva que está bien. El disco les gusta, tienen buena onda. Funciona todo de otra manera. Acá el disco lo moví muy poco. Estoy tocando con Travesti, estoy haciendo un video, medio pensando un disco nuevo… quiero trabajarlo más. Me parece que este disco tiene la virtud de la crudeza, pero también tiene un montón de detalles que los hubiera hecho de otra manera. Fue así, fue hecho así, fue una locura… un disco instantáneo. Es muy crudo, y está bueno, pero ahora tengo ganas de hacer un disco más elaborado, con otros tiempos, en un proceso más largo. El disco es un vómito: salió lo que salió, como salió, en el momento en que salió. Me parece que está bien, pero tengo ganas de hacer otro sin esa exigencia de tiempo que me puse esa vez. Aparte eso ya lo hice, ahora tengo ganas de hacer otra cosa.”
Money
“Siempre pienso lo que dijo Jello Biafra, de los Dead Kennedys; él tiene un sello independiente y es un tipo súper involucrado en causas anarquistas. Le preguntaron si los Dead Kennedys sacarían un disco en una multinacional. Y él dijo: si les puedo robar más de lo que ellos me roban a mí, lo haría; sólo tienen que estar dadas las condiciones. Nosotros tratamos de movernos así.”
Luz negra
“Muchas veces me cuestionan que sea oscura la música que hago o la que escucho, pero para mí no es oscura; oscura es la falta de vida. Para mí oscura es Xuxa, Hadad es re oscuro, Diego Torres es re oscuro: es ausencia de vida. Pero si escucho Velvet Underground, se supone que es una cosa horrible, todo negro, todo calaveras, o Black Sabbath, o Joy Division, se supone que está todo mal; pero no es oscuro, es la luz negra, es otro tipo de luz. Hay una luminosidad. Lo que a simple vista se supone que no existe, lo que está escondido en un placard. Y hay cosas que sí, que quizás te tengas que meter en un agujero para conocerlas. Pero eso no quiere decir que sean mortuorias. Para mí Black Sabbath es súper vital, súper luminoso; o Coil, no sé. Hay una luz en todo eso.”
Fuerza destructora
Tengo muchas cosas para decir, muchas cosas para hacer existir, que no tienen entidad, que se considera que no existen hasta que aparecen en una canción. La VU hizo que existiera el sadomasoquismo, y después Lou Reed hizo que apareciera el cáncer y la muerte de un amigo, que no existían en el mundo del rock. Yo no existo; ahora, nosotros, lo que sea. Todo lo que está codificado ya es el pasado, y las cosas se están moviendo todo el tiempo; crecen personas nuevas todo el tiempo… La realidad, el mundo, no es estático; lo que te rodea, lo que ves, lo que percibís, está todo el tiempo cambiando. Alguien siente la necesidad de transmitir algo que tiene que ver con lo que está sucediendo; eso es nuevo, porque nunca sucedió. Y se trata de eso, de ampliar el campo de lo existente, de lo posible, de lo que está bien, de lo que está mal, de todo. Y esa es la función del arte, al final, me parece: comunicar.
Vos de golpe ves a Johnny Rotten y decís mirá, loco… este pibe no se guarda todas las cosas que a mí me pasan. Las dice, y se ríe. Porque eso es lo más divertido. El rocanrol es divertido, es alegre; Lou también habla de eso, dice “mi vida fue salvada por el rocanrol”. Porque disfruta, se ríe, la pasa bien haciendo cosas que se supone que no se hacen. Y ahí todo se va a la mierda, y por eso el rocanrol es importante para la sociedad: porque destruye todo, es una fuerza destructora. Con alegría.
La VU hizo que existiera el sadomasoquismo, y después Lou Reed hizo que apareciera el cáncer y la muerte de un amigo, que no existían en el mundo del rock.
Nochteff, un servidor público
“El rocanrol también es importante porque te dice no tengas miedo, no es tan peligroso salirte de la línea. Porque todo el mundo trata de convencerte de que sí, que es muy peligroso; por eso los únicos rockers realmente institucionalizados son los que están muertos, porque han demostrado con su muerte que no tenían que haber hecho lo que hicieron. Por eso los aceptan más fácil, por eso te pueden vender una remera de Sid Vicious. Es fácil comerciar con Sid Vicious porque está muerto, no está él ahí para reírse en tu cara, ja ja, qué estás haciendo, me río de vos. Si estuviera para reírse en tu cara, ¿cómo hacés para andar vendiéndolo, empaquetándolo? Porque de repente se corta el pelo y te cagó, te cagó la colección invierno-verano que vos ya venías pensando desde la colección invierno-verano anterior. Porque el rock siempre te caga.
Y no es tan importante, no es tan jodido salirse de la línea. Todo el mundo te dice no te salgás, no te salgás, que te vas a morir… Y no es tan importante, yo me salí de la línea, no fui a la universidad, y estoy bien, estoy vivo, estoy feliz. Eso es lo más importante de todo. Y miralo a Ozzy Ousborne, es millonario, es feliz, se caga de risa y hace un programa estúpido por tevé; está todo el tiempo demostrando que no hace falta hacer lo que te dicen para ser feliz. Quizás sea todo lo contrario. Por eso nosotros decimos que trabajamos para el progreso del país; ese es nuestro slogan. Ponelo eso: yo trabajo para el progreso del país. Y esa es mi forma de hacerlo. No quiero escuchar tantas boludeces acerca de lo que está bien, lo que está mal… Yo voy a hacer lo que yo quiera, ese es el mensaje último del rocanrol. La música no es importante. ¿Por qué es importante Sid Vicious? No sabía tocar una nota, pero sin embargo Sid Vicious es rocanrol, porque sin saber tocar una nota tocó en la banda que más amaba, y él con sólo ser simplemente como era dijo un montón de cosas que liberaron a un montón de personas. La imagen de Sid Vicious ya es importante. Entonces, la música… yo no me voy a perder en si es tal estilo, tal otro, si usé tal guitarra… son boludeces eso. El rocanrol es otra cosa.”