Tennis II

Mi escritor favorito es David Foster Wallace del que todavía no leí un libro completo. Todo lo que toca lo convierte en oro. Puede ser revelador hablando de David Lynch, un crucero en el Caribe o Michael Joyce, un ignoto para nosotros jugador de tenis que nunca estuvo en el top 30. Tal vez debería decir que es mi ensayista favorito porque todavía no leí su famosa ¨Broma Infinita¨ aunque es la tarea que me asigné para este verano. Wallace habla acerca de cómo son las cosas. Pertenece a esa clase de escritores, como leí una vez en Michel Tournier, al que el mundo les interesa. Y eso a pesar de haber estudiado filosofía y a pesar de tener un manejo virtuoso (e hilarante) del idioma y de ser más que consciente de todos los post post. Algo enamorado supongo me puse a buscar videos de sus charlas y el tipo no puede ser más vehemente y lleno de vida y más apasionado por la complejidad de las cosas. Y se mató hace tres años. Como Elliot, como el pibe de Sparklehorse con quienes tiene más de una cosa en común.

Los escritores hablando de deportes son insufribles en su mayoría. O todo se vuelve serio o apelan a los clisés más berretas posibles acerca de lo popular y cosas por el estilo. O se vuelven sociólogos de café. Wallace es pura inteligencia y humor. Quiere desentrañar también, como un misterio del universo, la mente de un deportista que no hace ni ha hecho más que ser uno con su actividad; vuelto una consciencia inconsciente encarnada. Tan distinto del resto de nosotros; simples neuróticos; tan llenos de dudas; tan perdidos en el océano de posibilidades. Wallace es un maestro de los datos fácticos y de lo que pueden revelar. Le interesa el mundo de los tenistas que no son los primeros 50. Los que pertenecen a un sub mundo increíble por lo diferente al resto de los mortales. En un momento juega con la lista de esos nombres; las sonoridades de los apellidos; las nacionalidades inesperadas; las asociaciones chistosas.

Esperaba queapareciera alguno de los nuestros. Aparece Mariano Hood; aparece Haracia de la Pensa (adivino Horacio de la Peña) y Javier Frana. Me pregunto que le llamaría la atención del nombre de Javier. Yo tengo mi opinión de Javier Frana: es, hoy, siendo comentarista de deportes y luego de haber sido 30 del mundo, el mejor periodista que tenemos. Lejos. Es un ensayista él también. Piensa en cámara en vivo y en directo; se mete con los hechos como enigmas a resolver; es gentil y prefiere equivocarse pero descubrir cómo son las cosas a tener razón. Como me hubiera gustado que se conozcan Wallace y Frana; que hermosa amistad. Me imagino a Frana contándole anécdotas de cuando enfrentó a Agassi o a Sampras; de la ciencia implicada en un buen golpe; de la mentalidad de un atleta; de los murmullos en las tribunas de Roland Garros o Wimbledon.
Wallace dice que Sam Aparicio, un entrenador de tenis mexicano, es una de las personas más inteligentes y sabias que ha conocido en toda su vida. Nunca se sabe donde puede saltar la verdad y hay que estar atentos. Que buen verano va a ser este leyendo la Broma Infinita.

Dj Malhumor.

Post relacionado: http://encerradosafuera.blogspot.com/2010/03/tennis.html

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