Bueno, por fin una argentina que me la creo. Aunque de a ratos las actuaciones no me convencieran, aunque algunos recursos me parecieran berretas, algunas partes del guión un poco atrofiadas y otras con gigantismo, igual compré. ¿Por qué? No sé. Ése es el quid de la cuestión. ¿Qué hace que una peli convenza ahí donde otra resulta tremendamente impostada?
Plan B es, haciéndola corta, la historia de un flaco que busca seducir al novio de su ex para recuperar a su ex. Ya desde acá, suena raro, ¿no? Y sí, suena raro. No se sostiene: nada en la peli permite inferir que Bruno esté tan loco por Laura. Tampoco Pablo, el novio nuevo, parece demasiado interesado en la morocha. Y ahí va la peli de lleno a disfrutar la relación de Bruno y Pablo, que están en cámara el 90 por ciento de los fotogramas. O sea, nuestro Secreto en la montaña, el Adiós Roberto de esta generación. Y acá va lo increíble: está muy bien.
O quizás una referencia más ajustada sea Y tu mamá también (incluso uno de los protagonistas, Lucas Ferraro, tiene un lejano aire a Gael García Bernal). Estos dos machitos, que además se cogen a la misma chica, cumplen con todos los clichés -y los tabúes- del joven porteño. Se conocen en el gimnasio, se miran con recelo desnudos; Bruno, el cazador, tiene el pelo largo, usa invariablemente camisetas de fútbol (incluso una del mundial 78 que dice Kempes) y se come las eses a lo Rey Sol Marquesi, si me permiten la referencia. Uno vive en un ph descascarado; el otro, en un depto con terraza desde donde se ven atardeceres con la torre de Interama. Son fans de una serie, Blind, tan miserablemente misteriosa como Lost; y son tan fans que Laura -la novia de los dos- se pone celosa. Pasan horas conversando acerca de sus juguetes de infancia. Una noche recuerdan cómo era ser amigos a los doce años. En todos esos detalles tontos pero tan palpables, la película gana, suma y sigue.
Por supuesto, todos sabemos cómo va a terminar; el guión está escrito y es el mismo de todas las comedias de enredo con amor simulado, como Novia se alquila, por ejemplo. Ya sabemos qué pasa cuando se juega con fuego, y también sabemos qué le pasa al que con chicos se acuesta. Pero igual es plenamente disfrutable ver cómo lo desarrolla Marco Berger en el contexto de un barrio porteño que se ve impactantemente actual. Como si los chicos de Perrone o de Acuña hubieran quedado irremediablemente en otra generación.
8 Lectores Comentaron
Unite a la CharlaCon respecto a "Blind", es obvio que es Lost, ¿no? Me cagué de risa con eso.
Yo a la peli la acabo de ver en la muestra de cine LGBT que organizó Vox Santa Fe.
Y eso es todo, bien tu crítica, marcela, (supongo q esto es una metacrítica...)
davis_oc@hotmail.com
Vayan a verla y recomiendenla!
en el catálogo del Bafici hay datos de contacto de la producción de la peli. no lo tengo a mano pero después te lo paso.
saludos
abraxas@live.com
manden mail si alguien sabe
Gracias!