«Me vine desde Venado Tuerto a ver al hijo de dios» me dijo; «yo vine a ver mi banda favorita de silly songs» le respondí. La grieta. La conversación había comenzado con «¿Te puedo hacer una pregunta personal». Ya sé, pensé; sí soy el primo de Woody Allen (debo cambiar mis anteojos ya!). Pero no, ¿tenés algún teléfono para conseguir merca? ¿Merca en un show de Ducktails? Como comprar viagra para ver una comedia romántica. True Story. Ayer Matt Mondanile vía Twitter me había dicho que largaban 21:45. Me cambié de ropa en una plaza para llegar a tiempo y bajé por avenida Córdoba entre los taxis como en las películas. Llegué a tiempo. Llegué a tiempo para ver a Benito Cerati. Horror. Cuan viejo puede ser lo nuevo. Lo único que había en común era que Benito y el bajista de Ducktails compartían peinado. Y diría actitud. Tema para un ensayo. Mondanile y el resto, por el contrario, con remeras lisas y cortes de pelo como para que nadie los mire. Como la música que hacen. Pop de universidad con cuelgues. La vida fácil. Este año es el año Prefab Sprout. El excelente disco de Roman a Cléf, hace unas semanas Wild Nothing y ahora Ducktails dando un hermoso show con la siguiente fórmula: Real Estate + Prefab Sprout. El lado Mc Cartney del pop. Con los suficientes filtros para bajar los niveles de azúcar. Quizás faltó el lado más experimental de esta banda que escucho muy seguido por su amabilidad. En verdad es lógico que ante el público toquen canciones y dejen los ensueños diurnos para el living room. Me hubiera gustado pero. Una hora que pasó volando, soleada y feliz.