Cuando Fermín llega a su casa, encuentra a su esposa Mariana en pleno acto sexual con Bobby. Ante el engaño, su reacción es tomar un cuchillo y clavarles un par de puñaladas, para quitarles la vida. Los entierra para borrar las evidencias, pero, para su sorpresa, la mujer vuelve en forma de zombie, siguiéndolo a todas partes, dando lugar a varias escenas graciosas.
Lo mejor de este corto de Alejandro Iglesias Mendizábal (México, 2011) es cómo muestra, vía montaje paralelo, a Fermín intentando deshacerse de los cadáveres y cómo la situación puede ser analogable a un truco de magia en el que se desaparece a dos personas, hobby en el que el oficinista jamás prosperó.
Es bueno ver que existen directores que saben reconocer cuál es el metraje necesario para contar una historia, haciéndolo de manera impecable y sin grandes errores, aunque el final nos resulte un poco cursi.
Ludmila Iara K.