Après mai es una película burguesa sobre tiempos revolucionarios. De todas maneras, desde aquí se nos hace difícil hablar mal de Assayas, quien siendo crítico de la mítica Cahiers du cinema, descubrió el cine de Hong Kong para el resto de los mortales occidentales y, más tarde, fue novio de Maggie Cheung.
Como en toda obra que retrata el pasado de su autor en forma autobiográfica, el director no evita la nostalgia; pero no se trata de una nostalgia recargada, esa que asegura que “todo tiempo pasado fue mejor”. La mirada de Assayas es siempre sentida pero por momentos distante y despreocupada. Una película burguesa sobre tiempos revolucionarios, épocas en las que había “algo en el aire” (como hace referencia el título de la película en inglés). A diferencia de Les amants reguliers (2005) de Philippe Garrel (obvia, pero inevitable comparación), y su mítica visión de aquellos años, Assayas elige contar de manera casi asordinada, la historia de un muchacho al cual sus desilusiones amorosas (esa otra forma de la revolución) lo llevaron a transformarse en un cineasta. Un joven al que, como a todos nosotros, le tocó vivir en tiempos difíciles. El futuro de ese muchacho ya todos lo conocemos.
Mientras tanto, en algún lugar, Guy Debord sigue enojado con todos.
(Este texto es una mezcla de otros publicados previamente, aviso).
Marcelo Alderete