Mientras escribo esto ya pasaron varios días desde la ceremonia de inauguración y mi primer paseo por una alfombra roja como jurado. Basta sólo con ver la cantidad de prensa que convoca el festival, para darse cuenta de la importancia del evento. Lamentablemente sólo tomé fotos con mi celular y salieron bastante mal y con poca calidad. Mis nervios y mi idea de dar una imagen de seriedad hicieron que deje la cámara de fotos en hotel, algo de lo que me arrepentí inmediatamente.
Después de escribir esto, consigo finalmente, algunas fotos de la ceremonia, gracias a la gente del festival.
La ceremonia de apertura en sí, fue una mezcla de emoción y surrealismo. Ser presentado y subir a un escenario frente a alrededor de 3000 personas no es algo que a uno le pase todos los días. Cruzar la alfombra roja con todo el mundo saludándote y sacándote fotos fue una experiencia única e irrepetible (aunque espero que esto último no sea así).
El acto consistió en una entrega de premios a actores que no logré entender del todo de que se trataba exactamente. Pero, me contaron después, esos premios eran la manera de lograr que los famosos acudan al festival y participen de sus eventos. Qué raro, la vanidad de los actores. Después de esto y de presentarnos a nosotros, los diferentes jurados, y palabras alusivas de varios personajes relacionados con el festival, siguió un grupo que realizó una coreografía bastante espectacular que mezclaba danza con artes marciales, o al menos eso creí entender.
Pero prefiero no hablar mucho de esto, por lo menos hasta el día en el que un festival de danzas o teatro, proyecte una película en el día de su apertura. Eterno sentimiento de inferioridad que siente el cine frente a las otras artes y del cual parece no recuperarse nunca. Al cine, pero sobre todo a la gente que se dedica al cine, le hace falta un psicólogo. El final de la ceremonia, previo a la proyección de la película, fueron unos fuegos artificiales que llenaron el Bucheon Gymnasium de coloridos y brillantes papelitos picados. Hermoso visualmente y bastante impresionante ya que se trataba de un lugar cerrado. Hubo gente que se asustó bastante, no yo, claro…
HORROR STORIES fue la película encargada de abrir el festival y, como indica su nombre, es una antología de cuatro historias de terror dirigidas por Jung Bum Shik, Lim Dae Woong, Hong Ji Young, Kim Gok, Kim Sun, Min Kyu Dong. En ese momento, como suele ocurrir siempre, mucha gente se retiro de la sala para la posterior recepción, por suerte, mi grupo de jurados se quedó para ver la película. El primer test de cinefilia había sido superado. Como suele ocurrir con las películas dividas en capítulos, por más que haya algo que al final les de un orden (formal o narrativo), nunca terminan de funcionar del todo y alguno de sus capítulos suele sobresalir en relación a los otros. Y esto ocurre también con HORROR STORIES. Viendo la programación del festival, parece que esto de las películas en capítulos vuelve a ponerse de moda, si es que alguna vez no lo estuvo. Aquí están programadas DOOMSDAY BOOK de Yim Pil-Sung, Kim Jee Woon, película que todo el mundo me recomienda y la muy hypeada V / H / S dirigida por esta interminable banda de gente: David Bruckner, Glenn McQuaid, Joe Swanberg, Ti West, Adam Wingard y un colectivo de directores que se hacen llamar Radio Silence, que en verdad son: Chad Villella, Tyler Gillett, Justin Martinez y Matt Bettinelli-Olpin. Tres películas y quince directores. Demasiado para este cronista. Prometo retomar mañana y esta vez sí empezar a hablar de películas de una vez por todas. Mis tareas de jurado me obligan a privilegiar las películas en competencia sobre las otras. Y esto que podría haberse transformado en una carga, no lo es debido a la muy buena selección que realizó el equipo de programadores del PIFAN. Todas las películas en competencia (hasta ahora, y vistas ya más de la mitad) mostraron una gran diversidad, desde lo narrativo y lo formal y una búsqueda constante de nuevos caminos para eso que se suele llamar cine de género y que al final no es más que cine. Por obvios motivos, esto es todo lo que puedo decir de los títulos en competencia. Finalizada mis tareas de jurado, ampliaremos en detalle. Una vez más, las responsabilidades atentan contra el cinéfilo. Veremos cómo continúa la batalla.
Marcelo Alderete, cinéfilo responsable al servicio de la comunidad.