En el aeropuerto de Lima ya de madrugada bajé el último disco de The Apartments. Después dormí un rato en el área de embarque hasta que desperté rodeado de gente. El plan era ver el amanecer sobre los Andes. Las cimas nevadas e imponentes; el cielo rojo hacia el Este; las nubes algodonosas como si fueran la atmósfera de un planeta recién descubierto. Después bajar a Cusco. El avión pega una linda vuelta y se mete en el valle para encarar a la pista después de rodear un cerro pelado. Apenas pasaron las seis de la mañana pero es pleno día. La luz es especial. Por alguna razón el sol no siempre ilumina de la misma manera. Pareciera ser más gentil en ciertos lugares así como es terrible en otros. Cusco tiene una permanente hermosa luz otoñal. A The Apartments los conocí por ser autores de una canción que me hipnotizaba:Mr Somewhere. La conocí como muchos por la versión de This Mortal Coil; de seguro una de las más hermosamente tristes canciones de todos los tiempos. Es una canción sobre la pérdida del hogar. Mr somewhere extrañando algún lugar nunca se imaginó cómo un bote te puede llevar lejos. Buscás la corriente, cualquier corriente como si ya nunca más volviera a haber otra. Ahora el lechero toca a tu puerta. That was once a home, home no more. Cuatros o cinco discos en treinta años bajo ese nombre, The Apartments. Un australiano llamado Peter Milton Walsh. Canciones a cambio de nada. Hay un nuevo disco de Los Apartamentos. Música intensa; una voz que raja la tierra, melodías que no dejan mentir. Banda perfecta para las deshoras; los espacios intermedios, para después de la fiesta. Peter Milton Walsh tocó en el primer simple de Go Betweens. Se fue porque eran demasiado luminosos. Cuando lo leí se me escapó una sonrisa. Siempre se puede ir más lejos; mucho más lejos.
Escuchá No Song, No Spell, No Madrigal
Video de Twenty One