El turista de las bananas

Anoche mientras caminaba por el malecón pensaba que bien podía ser que nunca me fuera de aquí. Pensé lo mismo la primera vez que llegué a Venecia. Culpa un poco aquella vez de Italo Calvino y sus Ciudades Invisibles. Incluso le escribí a Mayra una carta a Bs As en donde le decía que me parecía haberla visto y que vagaba por las calles y puentes de Venecia buscándola. El calor durante el día es agobiante. Ayer no se movía una maldita hoja. Rodeado de ríos la ciudad es una isla y hay solamente una carretera de 80 km a una ciudad vecina al nacimiento mismo del Amazonas. El encuentro de dos ríos es algo que me estremece un poco. Tiene algo de inevitable, dos fuerzas que se encuentran. Supongo que algunos amores son así con esa mezcla de azar (mínimo) y destino. Pasé el día como el Turista de las Bananas, un libro de Simenon. Un autor que me encanta. Tiene como mil novelas y las que más me gustan son las de misterios en lugares lejanos de ultramar. Como una buena anécdota una vez me robaron en Lieja, la ciudad en Bélgica donde nació. Sentado en el bar de los expatriados leyendo, sudando y bebiendo. Como de está ciudad entre dos ríos gigantes estoy entre dos novelas larguísimas de las que no puedo salir. Una transcurre en la costa Oeste, Already Dead (a California Ghotic) de Denis Johnson; la otra, Acción de Gracias (Lay of the Land) de Richard Ford en la costa Este. Cada una describe en detalle ambos escenarios y tengo la fantasía que en algún momento los personajes se pongan a viajar y se encuentren a mitad de camino. Lo de Richard Ford es notable. Lo quiero invitar a casa a comer un asado. Es el antídoto a todos los escritores brillantes pero insoportablemente pagados de sí mismos, Phillip Roth por ejemplo, o DeLillo (aunque se esconda más). En Argentina hay varios con el agravante de que ninguno escribió una gran novela todavía (cada uno elija los nombres). Ford es de los pocos escritores cuyo alter ego es la medianía personificada; nada de espíritus torturados porque el mundo no los reconoce, gente común que quiere llevar existencias más o menos decentes. Carver con más paciencia. Johnson se camufla también a su manera. En los fantasmas y reencarnaciones. Una recomendación de la persona que más extraño junto a Ellioth Smith; Foster Wallace. La novela devanea y me marea pero también me marea la idea de que estoy atrapado en el trópico. El personaje de Acción de Gracias es el mismo de la saga de The Sportwriter y Independence Day solo que ahora se convirtió en vendedor inmobiliario con un socio sobre americanizado de origen tibetano. Genial. Ford puede decir y hacerlo pasar por evidente que el budismo y sus enseñanzas son como el manual perfecto de venta de inmuebles! Jua: ¨Todos debemos resignar para ganar´y tautologías del estilo que tienen la enorme complicación de ser, como todas las tautologías, verdaderas. Pero lo verdaderamente bueno de Ford es que no se ríe de nadie nunca. Tema para tesina: Ford ¨Mujeres con hombres´ versus Hemingway (y Murakami) ¨Hombres sin mujeres¨. Cada día me prometen que el barco sale mañana.

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