Una película para ponerle la etiqueta coming of age, pero en formato anime y más adulta de lo que podría haber imaginado al empezar.
Los padres de Okko mueren en un accidente apenas comienza la historia, ella se salva ayudada por el fantasma de un niño que luego será su amigo. Okko se va a vivir a una posada tradicional japonesa que maneja la abuela y comienza a ayudarla, tiene que aprender el oficio mientras va a una nueva escuela. Además de hacerse amiga de otras niñas, Okko arma una pandilla integrada por su fantasma salvador, el espíritu de una nena y un pequeño demonio, un grupo travieso y encantador integrado por personajes que solo ella puede ver y escuchar.
La pérdida y la aceptación, crecer entre el dolor y el descubrimiento de una nueva vida son algunos de los temas de esta sensible película dirigida por Kitaro Kosaka, un animador surgido del Studio Ghibli y que trabajó en títulos como El viaje de Chihiro, Ponyo y La princesa Mononoke, entre muchos otros.