no puede fallar, me dije, y cerré el pensamiento con una sonrisa macabra, en el medio un vacíopan de «chau campeón» y tenemos el programa perfecto
pero nada es perfecto, ya sabemos
todo puede fallar, ya sabemos
y lo mejor de la fría noche del viernes en el que le sacaron el respirador artificial al diego, fue el picante que acompañó a mi sanguche de vacío en la calle lavalle
(recomiendo este sanguche para zafar de una dosis del kurosawa de ahora, que mejor que llenar el vacío que dejan sus pelis con una porción de carne de auténtica vaca argentina)
bueno, basta de cháchara, vamos a los bifes
Intimate confessions of a chinese courtesan – Quentin Tarantino
no vi muchas de karate en mi vida, siempre me parecieron aburridas y no me bancaba que los guiones fueran descaradamente absurdos y los diálogos desfachatadamente ridículos, pero ahora que en los festivales me disfrazo de chico cul y tengo los anteojitos con marco negro y las camisitas de feria americana (que anoche no la pude mostrar porque estaba fresco, oh) me permito disfrutar como un babasónico (o bobosónico) de este género, las de karate, mirá vos lo que termino viendo, una de hong kong hecha en los 70, subtitulada en tres idiomas a la vez (alguna clase de chino, inglish y el nuestro)
la peli estuvo bien, pero a esta altura después de tanta parodia es un gag mas de «todo por dos pesos», es mucho más divertida contarla que verla (especialmente si la contás en una reunión con todos tus amigos descraneados)
les dejo el replay de la mejor escena: la pobre chica está en un calabozo y entra el sirviente mudo de la madama lesbiana (luci liu?), ya ni me acuerdo que le dice o hace ella (tampoco importa) y el pibe recupera el habla y cuenta su historia, que tenía una novia como ella, que la violaron y mataron y que desde ese momento dejó de hablar y se volvió cínico, le dice que ella le gusta mucho, pero que no la ama porque no la conoce…
en la escena siguiente lo matan al huevón
Sympathy for Mr. Vengeance – Park Chan-wook
quería dormir pero tenía al lado a Dj Malhumor que me pegaba codazos cuando empezaba a roncar, «te salvé del papelón» me dijo, no se dio cuenta de que yo estaba escribiendo mi crítica en voz alta
bueno amigos, me voy a ver la de takashi miike y después a comer a un restorán chino-peruano, estemos en contacto, che
Alberto Migraña