People Garden (Nadia Litz) + When Marnie Was There (Hiromasa Yonebayashi) + Targets (Peter Bogdanovich) + Our Nixon (Penny Lane)
People Garden (Nadia Litz)
Siempre acompañada por sus inseparables piernas infinitas, Dree Hemingway viaja hasta Japón para cortar con el novio, un famoso rockero (famoso a pesar de hacer una especie de post punk electrónico invendible) que encontró en el lejano oriente una buena locación para su último videoclip, que por otra parte parece ser una grasada bonnietylerista pero sin Bonnie Tyler. El susodicho no está, desapareció, y nadie puede dar con su paradero; ni sus compañeros (entre ellos Pamela Anderson) ni el equipo de mantenimiento del lugar, compuesto por unos misteriosos hombres vestidos siempre con un mameluco azul, identificados por números de varias cifras y hablantes de un extraño lenguaje (algunos le llaman “japonés”). Frases como “Ella no debe saber qué es este lugar» o «no debe saber quién sos vos”, enunciadas por estos misteriosos hombres de azul quieren instalar desesperadamente una intriga que no se sostiene con nada y todo termina más cerca de la autoparodia que de otra cosa. Entre ese misterio, los pavoneos indies a la Lost in Translation y un pobre amago de totorismo existencial, se va People Garden o Garden People, no lo sé y la verdad ni se merece que lo chequee en la grilla.
When Marnie Was There (Hiromasa Yonebayashi)
Sin ninguna duda no está entre lo mejor entregado por el estudio Ghibli, pero aun así When Marnie Was There es más que mirable. Tal como amenaza el poco entusiasta comentario en el catálogo, es una historia tan extremadamente girly, delicada y twee, que algunos (especialmente las personas sin corazón) pueden encontrarla excesiva y tonta. ¿Pero cómo criticar una película que entrega tantos momentos de impresionista belleza, visual y sonora? ¿cómo no querer a Anna caminando en ese pantano para encontrarse con su amiga/espectro, mientras escuchamos sus pasos afelpados (…) sobre los charcos, la vegetación, el cemento? Esas hermosas composiciones del viento agitando los arbustos, las gotas y los remos sobre el mar, las sábanas blancas ondeando en la mansión fantasma. El compromiso emocional con la historia puede variar, ¿pero cómo menospreciar tanta belleza? ¡Es una película de Ghibli, hijos de puta!
Targets (Peter Bogdanovich)
Es impactante la modernidad de una película hecha con retazos fílmicos y humanos de Boris Karloff a fines de los sesenta. Modernidad no por una temática que devino en algo trágicamente habitual en Estados Unidos en las últimas décadas, sino por el tratamiento de ese horror. La masacre en la carretera, rodada con planos generales y un ritmo y sonidos templadísimos, es una obra maestra en la representación del mal, de lo tan extraño y tan cercano que puede ser, un verdadero prodigio en la puesta en escena de la psicopatía asesina, marcada con distancia, sin estridencias ni subrayados musicales ni montajes acelerados idiotas. La escena final en el autocine es otro prodigio que, en este caso, pone cuerpo a cuerpo los horrores pasados y los horrores nuevos, los reales y los ficticios, con el gran Boris Karloff haciendo una final y extraordinaria aparición como monstruo-héroe de la mitología popular.
Our Nixon (Penny Lane)
Lean este comentario en PACO sobre la película; está bueno.