Cuando vuelvo por la noche al pueblo; si unas cuantas casas con no más de 150 habitantes puede llamarse un pueblo, en el camino se cruzan zorros. Las luces distantes de los puestos de estancia parecen luces de barcos que navegan en un mar oscuro. Los ingleses tienen el mar y nosotros la pampa. Luis, el chofer tiene un jopo a lo Elvis (o Pocho La Pantera como prefieran). La chica que más me gusta se llama Tricia y es una guía de montaña de Oregon. Camina como un muchachito como todas las chicas que me gustan. Bioy en algún cuento decía que en la oficina uno siempre termina enamorado de alguna y se convence que es la más linda. Tricia es bonita tout court. Antes de que yo llegara se llevó por delante una tranquera con el jeep. Otra de las camionetas volcó a causa del viento. Por las tardes leo una novela de Jonathan Frazen mirando por la ventana la octava maravilla del mundo. ¨Ya te vas a acostumbrar mi hijo, es solo un trabajo¨ me dijo mi madre. Las aventuras de Mr. Fox es una de mis películas favoritas. Y cuando no se bien que hacer la miro en busca de consejos. No resulta la mayoría de las veces. Sumándome a la campaña de Charly ¨el rock nacional es una garcha¨ fui a ver a Ciro y Los Persas en Calafate. Increíble la berretada. Sí necesitan detalles escriban que explico. Me lo merezco. No se iban más la puta que los parió. Ciro, los bises son dos canciones no 50 rocanroles de mierda. No se imaginan que linda y renovada versión de Zapatos de Gamuza Azul. En un mundo paralelo Ciro canta en casamientos y no en estadios. Sí, fui a acompañar una ¨amiga¨. Mi nueva vida tolerante me está dando dolores de cabeza. Difícil la vida patagónica que esto es lo único que llega. Encima porque lo paga el intendente. Los zorros. Mucho mejor los zorros en la noche oscura. Santiago Bardotti (aka dj zen)