ASUNTOS INTERNOS: ¡Jimmy Page seducido y abandonado por pulposa rockera argentina!

UNO
Venía de fumarme un churrasco con Calamaro después de hacerle una nota para una revista para jóvenes de treintaipico donde me gano el pan duro de cada día. Me acompañaba como siempre Kogote, el indómito jefe de fotógrafos de encerradosafuera, que estaba tan ido de su mente que usaba su trípode como ametralladora y le apuntaba a las viejas que nos cruzábamos. «Son todas una manga de Litas de Lazzari» gritaba y yo no podía dejar de reírme. Por qué estábamos tan descontrolados se preguntará el amable lector, ¡es que veníamos de atravesar la más grande sequía de la que se tenga memoria! tan grande que hasta la 23 lo puso en la tapa y Beto Casella lo comentaba en la tele haciéndose el canchero (dígame la verdad ¿usted se haría un troncho con el conductor de las mañanas de la Mega?). Días díficiles y extraños estos de la primera parte del 2005, por suerte ahora todo parecía estar volviendo a la normalidad, la ciudad recuperaría su color y olor habitual e Indomables volvería a ser gracioso.
No sé si estaba en el mejor estado para el encuentro que se acercaba, mi informante el Gordo Carnozzo me había citado en un barsucho de Once, el Carno era el único que me podía salvar, el suplemento joven para niños rockeros que tienen tristeza y desesperanza me había encargado una nota de tapa sobre estrellas pop que cayeron enamoradas a los pies de carnosas jóvenes argentinas, ya había hablado de los casos de Eric Clapton, Dee Dee Ramone, Iggy Pop y Slavoj Zizek, sin embargo me faltaba algo, una primicia, un dato que nadie tuviera. Sabía que el Carno, uno de los grandes soplones del underground y el tipo a quien recurría en casos de extrema necesidad, manejaba información valiosísima; es el que tiene la data de todos los fluidos derramados en los vips rockeros desde la visita de Santana en los 70.
Carnozzo llegó transpirado y jadeando
-estoy limadísimo, vengo de poner comentarios chupamedias en el blog de Majul, enseñarle una coreografía a Noriega para que baile con Petti y el Chavo y comprarle camisas a Osvaldo Bazán para su chou televisivo, fue el acelerado saludo de mi soplón.
-Carno, tirame un hueso- le dije mientras lo saludaba con un apretón de manos, no sé por qué no me animo a darle un beso-, estoy en el horno, necesito cerrar esa nota que te conté y en el suple me piden una bomba.
-bueno ¿qué querés? ¿chismes de solistas andróginos que vinieron en los noventas y se culiaron hasta los jarrones de guillote? ¿bandas heavy melódicas que se llevaron chongos escondidos en los parlantes?
– no, Carno, algo actual porque estoy refritando como el peor, algo de los últimos que vinieron, no sé, ¿Morrissey salió de putas?, ¿los de White Stripes armaron alguna fiestita?, ¿el de Placebo se comió algo acá?, qué hicieron Kid Loco, Fatboy Slim, los Chemicals, ¡alguno debe haberse mandado alguna!
-mirá, lo que te puedo decir ahora no es tan glamoroso, pero tengo un dato que me pasaron mis alumnos, yo te cuento y vos investigá, ¿viste ese grupo Escalera al telo, el homenaje argentino a Led Zeppelin?, bueno, los chabones le mandaron un mail a Jimmy Page tirándose un lance para ver si podían presentarse como «The Argentinian Zeppelins». Ya que estaban le atacharon unos flyers, en uno de ellos aparecía una señorita muy pulposa en microbikini, Page que vive realzado y ya está medio limado flasheó con la minusa y se vino a Baires para conocer a la banda y ver si existía la piba esa de la foto, resulta que la mina era la hermana del baterista, cuando llegó Page los pibes lo llevaron a comer una pizza por Corrientes y ya que estaban llevaron a La pulposa, el chabón se la levantó al final, «uh, esta mina está entregadísima, que chamuyou que tengo» decía, ella lo escabió y se lo llevó a un bulo por San Telmo, le dio masita y le afanó todo, Page ahora está sin un mango esperando que le llegue una guita para tomarse el buque, encima quedó colgadísimo con La Pulposa.
-¿me estás gastando, Carno? le dije al Carno
-¡no chabón!, ¡te lo juro por Pettinatto!, yo quería hacer la nota para La Mano pero me rebardearon «¿quién es ese Jimmy Peich?» me dijeron
-y sí, Page es muy moderno para La Mano
-mirá, date una vuelta por las pizzerias de Corrientes, el pibe anda deambulando por ahí como un alma en pena esperando volver a encontrarse con La Pulposa.

DOCE
Después de matar una pituca en una plaza, encaramos Corrientes en busca de las pizzerías. Kogote estaba colgadísimo con las obras de ampliación de las veredas; «¡uh loco, esto es Bagdad!» susurraba cada 20 segundos. Recorrimos la calle que no duerme («ni despierta» me dicen acá) durante un largo rato pispeando las pizzerías, esperando divisar la melena inconfundible del hechicero de la guitarra (¡fuá! ¡estoy como para laburar en La casa del rock naciente!).
Cuando ya estábamos por interrumpir la tarea y encarar un submarino con churros Kogote me dice «¿no es ese el chabón?». Lo que vimos es algo que no voy a olvidar mientras viva: el flaco melenudo de los pantalones con dragones y las camisas con llamaradas pasaba a nuestro lado con la vista perdida vestido con una chomba made in Once. Kogote y yo nos quedamos congelados por la visión de uno de los ídolos de nuestra primera juventud hecho un estropajo por culpa de una desalmada pulposa argentina. Lo seguimos unos metros al chabón rogando que no fuera él, pero cuando se detuvo frente a la primera pizzería que se puso en nuestro camino, pegó la ñata contra el vidrio y dejó escapar un lagrimón, ya no hubo dudas.
-¡Hey Jimmy! lo encaré de una con mi sonrisa más canchera, esa que tantas satisfacciones me brindó con el sexo opuesto.
– Drink it all, crazy boy, i will put you!! (tomatelá loco que te emboco).
Con ese acento inglés flemático y carrasposo, Sir Jimmy Page me amenazaba, me daba la espalda y empezaba a huir para el lado del Obelisco.
-Jimmy, solo dos preguntas nomás, ¿probaste la carne argentina? ¿fuiste a la cancha?
-I’m vegetarian, asshole!, go out, i will shit to sticks! (¡soy vegetariano, gil! ¡Salí que te cago a palos!).
Y ahí me miró con sus amenazantes ojos oscuros, descubrí una especie de tercer ojo en miniatura entre los otros dos, recordé las misteriosas leyendas que se contaban sobre él y me cagué hasta las patas…
Jimmy Page se fue puteando en un dialecto sobrenatural rumbo al Obelisco.

TREINTA Y TRES
Al final me rechazaron la nota, me dijeron que era igual a una que salió en Cosmo y que lo de Jimmy Page ya había aparecido en el programa del Bebe Contempomo (parece que lo llevaron a zapar con los Catupecu y el cantante de Cabezones y fue antológico, ¡maldita prensa del palo, siempre me ganan de mano!). El suplemento joven para niños rockeros que tienen tristeza y desesperanza en lugar de mi investigación publicó un adelanto del libro de poemas del cantante de La 25 y una guía para aprender a diferenciar las bandas de rock nacional stone (desde Turf hasta Simpatía por el Zorongo).

Fotos: Kogote
Texto: Rodrigo Faisán

(Cualquier semejanza con la realidad es porque la realidad me tiene las pelotas llenas)

Rodrigo Faisán es el seudónimo del periodista marplatense Rodrogo Faisanes, polémico analista de la contracultura argentina, autor de libros cómo Indietrónica y agua tónica. Revoluciones al pedo y Garcha (esta banda ya la vi). La editorial Libros Encerrados está por publicar su nuevo trabajo Ay no, yo sólo escucho Kraut Rock (memorias de eternos adolescentes).

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