En nuestra ignorancia, siempre pensamos que estas películas brasileras, realizadas en algún momento entre los años 70 y 80, mezcla de pornografía con comentarios sociales, algo de experimentación y muchos momentos ridículos (por no decir bizarros, esa bendita palabrita) se denominaban «pornochanchada». (Alguna vez, hablando con el director de fotografía Felix Monti nos contó que los técnicos argentinos viajaban a Brasil para trabajar en esas películas y así poder utilizar cámaras y lentes de altísima calidad que por acá, en ese entonces, no se conseguían). Pero ahora viene el BAFICI y nos habla de Boca do lixo. Desconocemos si se trata de alguna re-escritura en clave corrección política o que quizás nos estemos equivocando. Para más información, pueden chequear esta introducción publicada por el festival de Rotterdam, donde esta sección fue presentada en una versión extendida. El encargado de esta selección (por no usar esa fea palabra: curaduría) fue el crítico Gabe Klinger, quien también se encargará de presentar las películas en el BAFICI. De nuestra parte podemos decir que solo vimos O, rebuceteiro (Claudio Cunha, 1984) película que pone en escena las fantasías que todos tenemos sobre el comportamiento de los actores de teatro mientras ensayan una obra y Fuk fuk à brasileira (Jean Garret, 1986) de la que podemos decir que su trama incluye un enano como protagonista, quien en un momento clave de la película huye de una situación escabrosa tirándose –literalmente- por el inodoro y una de las mejores secuencia de títulos de todas las películas que se van a exhibir en el festival. Y si, claro, las dos tienen escenas de sexo explicito.
La verdad que todavía no sabemos si se trata de algún tipo de descubrimiento o simplemente de otro capricho de programadores, quienes a veces, en sus periféricas búsquedas de alternativas a la historia oficial del cine, vuelven con las manos vacías, pero así y todo intentan convencernos de lo contrario. Veremos que tiene para decirnos de todo esto el tal Klinger. Al menos, sexo hay y de sobra. No es poco.

Unos días atrás, Gabe Klinger envió a Diego Lerer (Micropsia) el siguiente texto, en donde se aclaran varias cosas en relación a Boca do lixo y otros temas relacionados con los festivales de cine.

M.A.

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