Feel like going home, Martin Scorsese

A esta altura todo el mundo está enterado del proyecto de Scorsese acerca del blues para lo cual convocó a varios directores pesos pesados. Ya comentamos lo imperdible del capítulo de Wenders, The soul of a man que vimos en mardel, este es el turno del capítulo de Scorsese mismo. Lo voy a tener que decir, perdonenmen, pero este es imperdible también y diría incluso, obligatorio para cualquiera ya no melómano sino que le guste la música en general. A diferencia de otros documentales (ver el de Almereyda) aquí el género toma vuelo y se transforma en parte del cine que nos fascina, lleno de ideas formales ágiles y sorprendentes y muy, muy fáciles de ver. Aparte fue escuchar la voz de Scorsese y pensar, te extrañaba amigo. Aquellos que vieron sus documentales sobre la historia del cine en film & arts o su Mi viaje en Italia en otro festival hace un par de años, sabran de lo que les hablo. El pibe sabe inyectar pasión a todo lo que hace, y sí el lo dice te convence de todo. Amor al cine en aquellos documentales, amor a la música en este, aparte de la firme convicción de que la cultura popular (americana/africana en este caso) es cultura sin más, al diablo con el arte erudito y el arte de masa, hay arte, bueno o malo, honesto o espurio. Algo de eso se puede ver también en la recomendadísima Los Angeles plays itself (que ya comentamos ver más adelante el que tenga ganas). El cine no se divide en comercial y artístico, sino en más o menos inteligente y si hay ideología (en el sentido de encubrir) en el cine de acción recalcitrante tambien la hay en Cassavettes o Polansky. En este sentido Scorsese y Thom Andersen (el director de Los Angeles…) son los anti Godard (ver sus historias del cine), el maestro del cine elitista y alguien que en su corazón, no se sabe por qué, tienen muy mala consciencia acerca de su profesión. Pero resumamos esta feel like going home; para disfrutar al cien por cien y salir a buscar discos desesperadamente.

Trois vies et une seule mort, Raoul Ruiz

La verdad es que no me he animado a ver las pelís viejas de Ruiz que están pasando en su ciclo dentro del festival (algún valiente podría contar), pero la de los noventa son realmente buenas. Esta es una de ellas. Desde el inicio tenía algo irresistible que invitaba a verla, el gran Marcello Mastroiani en uno de sus últimos papeles, a quien como el título de la pelí, una vida sola no le alcanza. Especie de Amelie downtempo la pelí comienza a contar una historia detrás de la otra aparentemente independientes para descubrir después que no lo estan tanto. Las historias son muy entretenidas y graciosas pero además con un humor inteligente y por sobre todo sabio. La película podría ser una introducción a la vida filosófica, pero no a la filosofía de la universidad, sino a la filosofía sin más, en fin, como vivir una vida feliz incluso ante la existencia de la muerte. Marcelo nos enseña, amar y ser amado puede ser el peor de los infiernos, o la caridad es la peor de las tiranías. Cada cual tomará la que le convenga. Cada historia es contada por un relator radial lo cual la acerca al cuento y por extensión a la literatura, de hecho (no es raro en alguién que adaptó a Proust) los nombres de George Perec y sus Vida, intrucciones de uso o Calvino y Sí una noche de invierno un viajero, vienen casi naturalmente a la cabeza. Una película inteligente y sabia (por lo tanto graciosa) que se puede emparentar a los momentos felices de Rohmer (aunque esta película es en general mucho más gentil que la mayoría de Rohmer) y a otro viejo zorro que vimos en el festival hace un par de años atrás, Iotar Ioselani. Sí, si, la recomiendo.

Santiago B.

Mister V, Emile Deleuze

La sala estaba repleta de psicoanalistas y otros intelectuales atraidos por el apellido de la hija del gran filosofo lo que demuestra que fanáticos no son solamente los de Star Trek (comentario más bien de sociología al paso). La verdad que está buena la peli. Yo había visto la otra que hizo esta chica y también me había gustado mucho, esta incluso es más fácil y placentera, aparte de que es fácil de resumir, película en el mundo equino. Mister V es un caballo con mucha personalidad y alrededor de él van a girar las neurosis varias de los protagonistas. Algún mal intensionado dirá que en realidad el centro es la yegua esposa del dueño del caballo (la por otra parte cara de caballo protagonista de Beau Travaille de Claire Denis). Pero bueno. La cosa es que la pelí es llevadera, bella, inteligente a veces y entretenida. En algún momento ese caballo brioso y mal encarado puede llegar a ser más inquietante que los fantasmas de Kurosawa y en otros nos preguntamos por qué será que los franceses son tan retorcidos, histéricos y lacanianos en todo lo que hacen. Como para confirmar esta percepción, la directora que prometio aparecer después de la proyección se las tomó y nos dejó esperando, yo que me quedaba para que no se sintiera mal porque se iba todo el mundo; ¡tenía que ser una mina histérica y mal psicoanalizada!

Dj Malhumor.

Abel Ferrara: Not Guilty, Rafi Pitts.

Otra buena muestra que el documental puede ser una pelí hecha y derecha y por supuesto, según el caso, una mucho mejor opción frente a tanto moplo. Si bien yo no diría que es una pelí para fanáticos aquellos que no hayan visto nada de Ferrara (¿existe alguno?) se preguntaran quién es este gordo patotero bastante parecido a Maradona en sus últimas apariciones. En una especie de recreación de Bad Leutenant el director sigue a Ferrara por la noche de New York. Por ciertas cosas que se ven uno estaría tentado a rebautizar el film como antes del fin o algo parecido. Es que el muchacho es un sacado y lo miramos y miramos preguntándonos como pudo. Eso es muy interesante porque a pesar que no hay observaciones brillantes acerca del cine (o nada en general) nos sentimos en presencia de alguién con una poderosa visión. Poco nos explica de sus películas (aunque lo vemos repasando escenas de Mel Rose Hotel) pero sentimos que podemos entender y valorizar incluso aquellas que en su momento consideramos fallidas (en mi caso personal aquella de Keitel con Madonna). Es verdad que aparecen pistas, se nombra a Cassavettes y nos decimos, claro, es un Casavettes de los burdeles, lo vemos contando una anécdota de filmación y pensamos, claro es de lo que en vez de pensar qué es el cine, sólo se preocupa en como filmar una escena de la mejor manera posible (entonces es un clásico). En este deambular asistimos a varias mesas de bar y a charlas que parecen extraidas de Perros de la Calle. . Asistimos a muchas puteadas también y nos preguntamos, ¿quién pondrá la guita para su próxima película? Imperdible para muchos.

Santiago B.

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