Aprovecho el mundial para ver algunas pelis a las que no me les animo así nomás, por la razón que sea. La inversa también vale, aprovecho algunas pelis para soportar algunos partidos. Fútbol sin audio, pelis de las que descanso con algún golcito o buena patada. Tengo la tele al lado de la compu, así que hago tandem. Me vi una de Godard de los ochenta que tenía pendiente, Prénom Carmen. Godard es como el Brasil de los primeros partidos, aburre bastante tiempo pero siempre hay algún golazo o exquisitez; en este caso Godard mismo como director olvidado, retirado, fuera del mundo. Hay un personaje que busca frases iluminadoras como nosotros esperamos la jugada iluminadora de Carlitos Tevez, ¿la anoto, la anoto? pregunta todo el tiempo. Mientras escribo, gol de Brasil a los cinco, parece que se viene una obra maestra. Ayer me vi Como un avión estrellado durante Suiza – Ucrania. No se qué me aburrió más; la película ni siquiera tenía penales no se sí me explico. Ucrania pasó a cuartos y es una verdadera murga, la peli es un verdadero embole y ganó algún premio incluso, como en las fiestitas infantiles tengamos esperanzas que evidentemente hay regalitos para todos. Hay que reconocerle a Ezequiel Acuña que encontró el kiosco de los jóvenes tristes, muuuy tristes. Lo que en alguna remota galaxia fue una exploración por acá es puro cliché. Podemos darle la chance de que todos somos un cliché y que nos salvan del suicidio las chicas tiernas que tienen conejitos de mascotas y divierten a sus sobrinitos. Pero bueno, incluso el buen gusto y sobriedad habitual de la música de Jackson Souvenirs no resite letras como el tema del final (creo que de mi pequeña muerte grupo cuya relación con los souvenirs no se del todo y que necesitaría un letrista urgente): hay un mañana/ya no me hacen falta esas pastillas para encenderme para brillar. No quisiera saber como es el asunto cuando Acuña está apagado, la letra sigue por si hacía falta con un ya no pensar en morir nunca más. En fin, acaba de meter Brasil el segundo y sin merecerlo.
El otro día invité a mi amigo americano a ver Argentina – Holanda. Todos tenemos nuestro amigo americano en estos días, o algún otro gringo de alguna clase ahora que estamos de moda. Después nos vimos The Chumscrubber joyita cedida por el amigo Pablo Conde que prometió nota y me la pasó diciendome llevate esto como el farmacéutico te recomienda unas pastillas para la garganta. Con amigos así no necesito ir al médico. Mientras veíamos la peli, especie de Thumbsucker pero con malicia, trataba de acordarme de otras películas que vi y me enseñaron un poco de inglés y le dije como pude, you fucking americans are all crazy. ¿Tenemos que ser una nación criminal para hacer buenas películas? ¿Hay que ser psicótico para hacer películas psicóticas? No se cual es el precio de la imaginación pero mientras veía la película de Acuña me preguntaba sí en esto andamos, sí esto es nuestro estado de reflexión sobre la cultura juvenil (la peli está repleta de objetos culturales), o sobre los jóvenes a secas. En fin. No pude contestarme del todo aunque sospecho que andamos bastantes pobres de películas inteligentes que hablen de gente que no sea indigente. Después recordé también que hace unos lunes vi a Hacia dos veranos en La cigale y fui feliz con unas hermosas canciones melancólicas y soñadoras.

Dj malhumor.

PD: le pego unas leídas a lo que se escribió en la prensa sobre Como un avión estrellado y no lo puedo creer…uno habló del universo acuña, che me voy a comprar un universo que parece que están baratos…

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