Los cuatro brasileños eran un grupo difícil de descifrar. Parecían seminaristas pero estaba claro de que no. Había uno que doblaba en edad a los otros tres e imponía respeto por su sola presencia. Una especie de Einstein sudaca y hippie. Melena blanca y aura zen; con solo mirarte te hacía bajar la voz y hablar más despacio. Parecían montañistas de antaño. A Foucault no le hubiera sorprendido. Eran filósofos. Sonrieron cuando les pregunté. Me dijeron que eran compañeros de una maestría. Uno de ellos dedicado a Descartes; Einstein a Kant y Glauber Rocha a quien se parecía un poco. Por la noche el viento hizo temblar el refugio, antigua estación de tren de Puente del Inca. Cuando llegué por la tarde estuve descansando en la sala junto a la salamandra y los perros viendo por el ventanal como pasaban cosas volando. Después de un buen rato llegó Matías dueño del lugar. Un cartel invitaba a que te arregles solo. Como filosofía práctica creo. Atrás había un galpón enorme convertido en una mezcla de cosas. Salón de juegos y bar abandonado, campamento y lugar de práctica de escaladores, santuario. Como el disco de The Cult. En el piso se veía la antigua plataforma para dar vuelta las locomotoras. En la pared Sur del Aconcagua cuelgan de las cuerdas dos escaladores que murieron hace años. Se los puede ver desde el mirador a simple vista. Una de las historias que contó Matías. O la del que chino que se lo llevó el viento dentro de la carpa. Entre los 12 y 17 años escaló todo me dijo. Sin importar nada. Subir subir, trepar como sea. No sorprende que con 26 tenga tres hijos. A toda velocidad. La biblioteca consta de la colección completa de la revista Desnivel. Mientras la ojeaba refugiado del frío unos pibes entraban al glaciar. En invierno; en la oscuridad y con vientos de 70 km por hora. Si se vive acá te queda la televisión u otras drogas más duras. Miraba las fotos de escaladores en poses imposibles y pensaba que no he visto nada. Había llegado a toda velocidad pero me detuvo el viento. Cerraron el cruce y volví al valle por la ruta vacía para mí solo.
Dj Malhumor.
