Corea en Mar del Plata: DANGEROUSLY EXCITED de Koo Ja-Hong
Dangerously excited de Koo Ja-Hong

«Because something is happening here, but you don’t know what it is. Do you, Mister Jones?» le preguntaba Bob Dylan al gris protagonista de su canción Ballad of a thin man. Hay algo de Mr. Jones en el héroe de Dangerously excited. Un gris, ordenado y eficiente empleado municipal que pasa sus días laborales haciéndose cargo de las denuncias de los vecinos por ruidos molestos, hasta que una banda de rock (en su variante indie) se cruza en su camino para cambiar inevitablemente su vida. No es gratuita la mención al cantautor norteamericano, ya que es él mismo en versión coreana (sí, así como suena, un Bob Dylan coreano, rulos incluidos), el encargado de dar la pista necesaria, para poner al tanto a nuestro protagonista de lo que está ocurriendo a su alrededor.                                                                              
El rock (y sus clichés) visto como una forma, ya no de cambios revolucionarios, sino de pequeños turbulencias personales. De eso trata esta rockera (aunque con sordina, aquí el volumen es un tema importante) comedia.

¿Qué te llevó a realizar esta película?
En realidad, soy un fanático del rock. Siempre tuve ganas de hacer alguna vez una película sobre música. Afortunadamente surgió la oportunidad de realizarla con bajo presupuesto, y acepté el desafío porque pensé que una película de este tipo era posible con pocos recursos. Para ser sincero, el mayor impulso para terminarla fue el temor a endeudarme ante el mínimo error.

En una entrevista definiste la película como “anti-música”, algo que me llamó la atención. ¿A qué te referías exactamente?
Esa frase la dije un poco en broma, y un poco en serio. Se hicieron muchas películas con la música como tema en los últimos años, no sólo en Corea sino también en el mundo. En la mayoría de los casos, se aborda la música como algo “bueno”, pero mi opinión es diferente. En ciertas ocasiones, la música puede convertirse en una cosa diabólica que irrumpe en la vida de las personas, quienes quedan paralizadas por excitación sin poder hacer nada. Es decir, la música es capaz de arruinar la paz y la tranquilidad de alguien. Y esto no es ajeno a mi experiencia personal, ya que pasé por situaciones delicadas en la adolescencia, cuando estuve demasiado compenetrado en la música en lugar de atender la máxima prioridad de aquel entonces, que era preparar el examen de ingreso a la universidad. Fue así que pensé en una aproximación a la música algo heterodoxa, en relación a otras películas del tipo.

Dangerously Excited es una comedia, pero bastante contenida. ¿Cuáles fueron los aspectos más importantes a la hora de manejar el clima general de la película? 
Para disimular el escaso presupuesto, lo más importante fue llevar a cabo el rodaje a una velocidad frenética. De ser posible, filmaba las escenas en una o dos tomas, así no quedaba nada relegado para el día siguiente. Creo que la moderación se logró sin habérnosla propuesto, debido a los recursos acotados que no tenían mucho que ver, justamente, con el lujo y la ostentación. Sin embargo, hubo aspectos que tuve en cuenta. Uno fue retratar la profesión del “empleado público” de manera tal que despertara empatía de parte del espectador. El otro punto fue regular la relación entre el “empleado público” y la “banda de música”, para que el acercamiento entre ellos tuviera cierto rigor, pues ambos son figuras demasiado heterogéneas en la vida real con casi nulas posibilidades de cruzarse.

En la película, el personaje de Bob Dylan es interpretado por un actor coreano, Oh Gwang-rok. ¿No pensaste en un actor occidental para el casting?
El asunto fue sencillo. Me pareció que iba a ser divertido ponerlo a Oh en ese papel. La peluca y los lentes oscuros le quedaban bastante bien. Además, él tiene un aire tan especial que no parece coreano. En este sentido, Bob Dylan transmite un aura particular que lo diferencia del típico cantante norteamericano. Lo interesante fue que alguien en internet le puso a Oh un apodo -que personalmente me parece muy bueno- después de ver la película: Bob Gwang-Rok.                                                                                        


¿Qué directores y películas te influenciaron? 

Only Angels Have Wings (1939), de Howard Hawks; There Will Be Blood (2007), de Paul Thomas Anderson; Vengeance Is Mine (1979), de Imamura Shohei; Psycho (1960), de Alfred Hitchcock y otros tantos.

¿Algún proyecto en marcha?
Es cierto que la brecha entre las películas mencionadas y mi filmografía hasta el momento es tan grande como la cordillera de los Andes. La tarea prioritaria para mi próximo trabajo será cómo reducir esta brecha. Me gustaría hacer un remake de El aura (2005), del fallecido director argentino Fabián Bielinsky. Es una película extraordinaria. Espero poder reunirme con las personas a cargo de los derechos cuando vaya a la Argentina.

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